Canarias, una vuelta al mundo en ocho islas

Por: Juan Jorge

Hace menos de 60 años, Canarias era un lugar lejano y atrasado, aún con analfabetismo y pobreza. Buena parte del pueblo se movía aún en alpargatas, trabajando de sol a sol en los canteros de las montañas. Un lugar al que la España peninsular mandaba al destierro a sus díscolos.

Pero hoy Canarias es otra cosa muy distinta. Venir a las islas ya no es un castigo. Es un privilegio.

Seguimos cultivando las laderas, pero tenemos una potente agricultura de invernaderos y fincas con las últimas tecnologías aplicadas a los cultivos. Hemos cambiado las alpargatas por una sociedad industrializada y la falta de conocimiento por la formación profesional y universitaria.

Los hijos y nietos de los emigrantes y agricultores que se partieron el alma trabajando por nosotros son hoy profesionales del máximo nivel europeo. Tenemos científicos de fama internacional e instituciones que son un referente mundial. Y todo eso lo hemos hecho en unas pocas décadas, con nuestro propio esfuerzo y asumiendo la responsabilidad de nuestro autogobierno.

Además, esta tierra es rica de una manera en que los economistas no podían soñar. De una forma que España y Europa nunca imaginaron. Tenemos una riqueza que constituye la verdadera riqueza de las naciones. Porque no es más rico el que más recursos naturales tiene, sino aquel sabe aprovecharlos mejor.

Y resulta que Canarias tiene el mejor clima de Europa. Una luminosidad espléndida. Un medio ambiente lleno de tesoros naturales de una belleza incomparable y un medio marino que asombra a cualquiera que nos visita.

Aquí es posible dar la vuelta al mundo en ocho islas. Desde los bosques prehistóricos y umbríos a las dunas desérticas. De un territorio como Marte a montañas con nieve. Y sería un sin parar de nombrar lugares tan bellos y tan diferentes en el archipiélago Canario que junto a nuestros prima primaveral durante todo el año nos hace ser conocidos como Las Islas Afortunadas.

Estos son nuestros tesoros. Y no son los únicos porque tenemos un yacimiento de enorme valor. Porque hemos creado talento. Porque por donde quiera que hoy van los canarios, dejan una profunda huella de su valía. Porque los canarios tienen el corazón tan grande como su capacidad de trabajo.

Y la formación y la inteligencia de los ciudadanos son los cimientos sobre los que se levantan los pilares de los pueblos que han triunfado en el mundo. Esta es nuestra verdadera riqueza.

Poco a poco hemos ido consiguiendo todo esto, en la vida nada se consigue sin esfuerzo y paciencia. Si lo sabremos los canarios, que tenemos alma de agricultores y pescadores.

Y lo que está bien sembrado, aunque crece lentamente, lo hace de manera firme y constante. Pero también tenemos problemas. Claro que los tenemos. La vida es, básicamente, una sucesión de retos que vamos resolviendo.

Hemos sido capaces de afrontar y solucionar los más graves conflictos. Sin victimismos y sin utilizar el papel de plañideras mendicantes sino con esfuerzo y trabajo. Porque Canarias es Europa. Pero es una Europa distinta y lejana. Hemos tenido que volverlo a explicar, con paciencia y determinación: Volver a explicar lo que somos y lo que no somos a Madrid y a Bruselas.  Hoy es más fácil crispar que calmar. Es más sencillo insultar que escuchar. Y es más frecuente destruir que construir. Lamentablemente es algo que comprobamos casi a diario últimamente.

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