“Hombres tan malvados como ingratos… yo creo que he dicho a usted antes de ahora, que los quiteños son los peores colombianos… los venezolanos son unos santos en comparación de esos malvados. Los quiteños y los peruanos son una misma cosa: viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el carácter de los indios y los indios son todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio moral que los guíe…”.
“Terribles días estamos atravesando: la sangre corre a torrentes: han desaparecido los tres siglos de cultura, de ilustración y de industria: por todas partes aparecen ruinas de la naturaleza o la guerra”.
“Yo deseo continuar sirviendo a mi patria, para el bien de la humanidad y el aumento del comercio británico”.
“Créame Ud., nunca he visto con buenos ojos las insurreciones; y últimamente he deplorado hasta la que hemos hecho contra los españoles”.
“¡Conciudadanos! Me ruborizo al decirlo: la independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de todo lo demás”.
“1° V. sabe que yo he mandado 20 años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos. La América es ingobernable para nosotros. 2°. El que sirve una revolución ara en el mar. 3°. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4°. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos los colores y razas. 5°. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6°. Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, este sería el último período de la América.”