La COPE es la emisora de la Conferencia Episcopal Española. Antaño, tuvo entre sus estrellas a un ateo y a un protestante. Como vemos, la estrategia y el sentido común no es algo que destaque en una derecha que siempre consigue ser peor que la izquierda.
Con todo, en nuestro tiempo es muy común criticar a La Sexta por ser un medio de manipulación política y que con esto de la pandemia, se ha dedicado a infundir terror a muchos españoles. Y es cierto. Pero la COPE no se ha quedado atrás. Y tiene más responsabilidad que La Sexta. La Sexta al fin y al cabo obedece a sus amos y sus respectivas “ideologías”. Pero los amos de la COPE, supuestamente, deberían estar más preocupados de ganar almas para Dios, de obras de misericordia como visitar a los enfermos, y por supuesto de la extremaunción para aquellos que ya se van de este mundo. Sin embargo, en vez de eso, no han metido más que miedo y terror en una época donde muchos ancianos han muerto solos, abandonados como perros, sin auxilio espiritual alguno.
Desde estas líneas no estoy haciendo apología del “negacionismo” (palabra que utilizan muchos adeptos de la COPE sin saber siquiera que hasta hace tres días se aplicaba a aquellos que decían que no había habido ningún holocausto judío por parte de los nazis) ni he dicho que no hubiera que cuidarse; ni siquiera digo que no haya que pincharse (y conste que a mí me dan pánico las agujas hasta para sacarme un poco de sangre). Lo que estoy diciendo es que no es ético ni moral crear un universo de mentira y bombardear con más miedo de la cuenta a la población aun cuando los propios politicuchos (que financian a la mayoría de los medios de manipulación) ya han suprimido las mascarillas.
Y que como órgano mediático dependiente de los obispos, asimismo, se haya infundido este terror y esta histeria por todas las organizaciones católicas, incluyendo las cofradías; que por desgracia, ni se han planteado la más mínima crítica.
¿No sería mejor transmitir la alegría y la seguridad de la redención y la salvación antes que aterrorizar a la gente que se ha tenido que llevar todo el día en casa?
¿Para qué sirve tanto miedo? La pregunta se antoja retórica…
Habría que preguntarle a la COPE y sus mandamases si están más preocupados de los sacramentos o de las mascarillas. Porque lo primero ha sido vetado para millares de almas sin que nadie levante la voz; al igual que se han establecido muchas medidas tiránicas que nada tenían que ver con la salud.
Pero total, para qué preguntar, pudiendo vivir en un mundo feliz de 1984…
No obstante, del juicio de Dios no nos escapamos ninguno, ni los obispos ni su COPE.
Venga, y ahora, a seguir dando la tabarra con las mascarillas y a decirle a todo el mundo que pronto vamos a morir. Como si ellos se fueran a quedar…
