-Por Antonio Moreno Ruiz
Se ha armado un pifostio de padre y muy señor mío porque al parecer, Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía (y perteneciente al Partido Popular para más señas), ha dado una rueda de prensa con el escudo de Andalucía cambiado, como añadiéndole una corona o algo así. Y es que ya sabe que esa expresión que la extrema izquierda y todos sus secuaces emplean como “patrioterismo de pulserita” sólo aplica a la bandera roja y gualda, pues como toquen lo más mínimo cualquier simbolito de su comunidad autónoma y en especial que esté relacionado como hecho diferencial separatista, ahí sí que se hacen los ofendiditos. Porque ya se sabe que las banderas y los escudos no importan, hasta que tocan algo de ellos, que no consideran sólo de ellos, sino que lo imponen a su estilo totalitario.
Con todo, valgan algunas puntualizaciones:
-El escudo que ha provocado la supuesta indignación de la izquierda y sus tontos útiles no es “el escudo de Andalucía”, es el escudo que se sacó de la manga Blas Infante Pérez de Vargas mezclando símbolos masónicos e islamistas en una indigestión (in)cultural que es la misma que continúa en el andalucismo (que defiende hasta el Partido Popular). Yo apuesto a que algún día dirán que el jamón de Jabugo es de origen moro… Pero bueno, volviendo al escudo: Nunca fue el escudo de Andalucía, porque Andalucía como tal no tuvo “escudo propio”, ya que nunca representó una unidad política per se. El escudo de toda Andalucía son los cuarteles de la Corona de Castilla que, de hecho, se siguen utilizando en multitud de hermandades y municipios como blasón natural, añadiendo las centrales flores de lis desde el siglo XVIII.
-Blas Infante Pérez de Vargas jamás fue votado por el pueblo andaluz. Su símbolo y su doctrina todavía genera rechazo en bastantes andaluces, especialmente en los andaluces orientales, que muchas veces nos culpan a los sevillanos de los desatinos de un hijo del reino de Granada.
-El andalucismo es una doctrina fracasada llena de mentiras e intoxicaciones que no puede ni debe apropiarse de Andalucía al estilo de la doctrina de Sabino Arana en Vascongadas, Castelao en Galicia o de Prat de la Riba y compañía en Cataluña. Si bien el andalucismo no se suele mostrar explícitamente separatista (aunque parte de ellos ya no disimulan) es porque sabe muy bien el rechazo que ello acarrearía en esta españolísima tierra; por ello, se ha ido introduciendo “folclóricamente”. Pero en algunas cosas, está llegando demasiado lejos, y en las últimas elecciones, más de medio millón de andaluces habló claro y más que se van a unir en pro de sus auténticos símbolos frente a una burguesía parásita que se ha llevado casi cuatro décadas envenenando las mentes en una dictadura socialista de facto que nos ha postrado como una de las regiones más pobres de Europa para que encima se le echen las culpas a estas alturas a Franco o hasta a la Reconquista; cuando precisamente sin la Reconquista no existiría esta tierra tal y como la conocemos.
-Y para más inri: Esa modificación del escudo no ha sido inventada por Juanma Moreno; de hecho, ya se aplicó en los larguísimos tiempos socialistas.
-Con este circo, se demuestra por enésima vez que al progrerío no le interesa Andalucía, ni la cultura ni la historia. Sólo le mueve el odio a España y todo aquello que pueda aprovechar al respecto. Pero ya cada vez podéis engañar menos con esa indigestión de islamismo progre.
Y es que, vamos a ver:
¿No era que las banderas, los escudos y eso no importaban? ¿No era que había que defender el laicismo, cómo es que se toma el islamismo (¡cuando los musulmanes estuvieron más tiempo en Valencia que en Córdoba!) como hecho diferencial?
Y conste que soy andaluz y a mucha honra, y que mis antepasados llevan siglos aquí. Por eso no admito lecciones de farsantes a los que reconozco a la primera y cuya dictadura llevo padeciendo desde que nací.
