-Por el filósofo Manuel Fernández Espinosa
El régimen polisinodial (Monarquía asistida por Consejos) es de cuño hispánico, heredero de la monarquía hispánica medieval que distaba mucho de ser un « absolutismo » a guisa de cómo lo entiende el cada vez más idiotizado « ciudadano » contemporáneo.
Con la llegada de Carlos I de Habsburgo y, por las tensiones de los autóctonos con el séquito del Emperador que terminaron en la violencia de la revuelta comunera, la monarquía española de los Habsburgo relativamente se « absolutizó », con Felipe II incluso se burocratizó, pero todavía los Reyes de las Españas tenían valga por vía de ejemplo que ir a Aragón y prestar juramento ante el representante de Aragón, el Justicia que, con todos los respetos no deja de tratar al Rey de tú a tú: « Nos, que valemos tanto como Vos… » -le dice en la ceremonia… Y que se reserva a la postre la lealtad que se guarde al Monarca con la condición de que el mismo respete escrupulosamente las libertades aragonesas. Esto dejó perplejos a los franceses cuando Felipe V (acompañado por sus galos) fue a cumplir con los aragoneses; el Duque de Saint-Simon lo narra admirado, para entender su perplejidad habría que entender que los franceses de Felipe V de Borbón (y el mismo Rey) venían de la Corte del Rey Sol, la encarnación del absolutismo sin postizos, sin relativos ni paliativos (« L’État, c’est moi »). Saint-Simon toma buena nota de la organización de nuestro vasto Imperio por medio de los Consejos, aunque ya entonces estos eran instrumentos del Rey.
Felipe V de Borbón juró los fueros de Aragón, pero -al igual que Carlos I se las vio con los levantiscos comuneros, el francés se las tuvo que ver con los austracistas cuyas filas las engrosaban aragoneses y catalanes (las inquinas contra Francia eran más propias de esa parte de España que de la misma Castilla: la rebelión de Cataluña en tiempos del Conde-Duque y la intervención francesa que quiso aprovechar la algarada catalana para apoderarse de Cataluña no estaban tan lejos).
Lo curioso del caso es que a partir del afianzamiento de la Casa de Borbón en España, tras la Guerra de Sucesión (y el Tratado de Utrech), el modo de gobernar España da un viraje al absolutismo: el nieto (Felipe V de España) copia al abuelo (Luis XIV de Francia) y, a la muerte del Rey Sol (Francia ya bajo la regencia del Duque de Orleáns, durante la minoría de edad del bisnieto de Luis XIV: Luis XV) el sistema polisinodial se impone de la mano del Duque de Saint-Simon que lo ha visto en España y quiere mejorarlo, adaptándolo para que la aristocracia francesa tenga más cuota de poder. En la teoría será el abate de Saint-Pierre quien esboce sus líneas maestras.
Pero no sólo fue Francia. En la todavía fragmentada Alemania, el gigante de la filosofía de su tiempo, G. W. Leibniz, dotará a la polisinodia del sistema metafísico que la justifica: la monadología leibniziana.