Cuando se hizo la película « Alatriste », Arturo Pérez Reverte dijo que Viggo Mortensen -quien encarnaría su arquetípico personaje-, » es un actor que lee ». Dada la poca vista de la generación de mis padres -a la que pertenece el mentado Pérez Reverte-, Viggo Mortensen, esto es, el actor danés recriado en Argentina no sé yo si resulta muy lector, pero más bien parece del tebeo… Y no es la primera vez que exhibe sus estupideces. Miembro del chiringuito separata Omnium « Cultural » (*), encarnó al personaje de « Aragorn » en la versión cinematográfica de « El retorno del rey », arte y parte de la trilogía del Señor de los Anillos de Tolkien.
En ambos, se ofrecen datos biográficos muy buenos sobre el poeta y traductor Roy Campbell, que inspiró a Tolkien para el personaje de « Aragorn ». Se cita, asimismo, al bibliófilo Joseph Pearce, el cual ha trabajado muy buenas biografías de Tolkien (y Solzhenitsyn). Sin embargo, creo que hay que complementar con algo fundamental: Ampliando la relación de « El retorno del rey » con el personaje de Aragorn-Roy Campbell, el libro constituye un guiño a las causas contrarrevolucionarias que casi en línea recta, van desde los jacobitas a los carlistas, pasando por chuanes y miguelistas y algún que otro más. « El retorno del rey » encarna la figura del rey legítimo, el rey que ha de volver para restaurar el orden tradicional y volver a las esencias.
Amen de su aversión al comunismo, Roy Campbell se hizo simpatizante del carlismo en plena Guerra Civil Española porque algo sabía de la causa jacobita y su relación con la historia política de España. En esta arquetípica actitud, Tolkien ve la energía y la alegría del hombre tradicional que, aun acosado por la pobreza, tiene los bemoles de tirar para adelante.
Como dato histórico, valga que los jacobitas, en la III Guerra Carlista (1872-1876) hicieron una donación a los carlistas con la cual se pudo comprar una batería de artillería.
Volviendo a Tolkien (cuyo tutor fue un cura con vínculos familiares en Jerez de la Frontera), en sus jocosas definiciones se declaraba « monárquico inconstitucional » y « anarcotradicionalista ».
Otrosí, todo lo concerniente a su obra es una apología católica con un punto de vista muy centrado en San Agustín de Hipona en aquello de que la salvación fue anunciada de una forma u otra a los paganos. Por y para ello, Tolkien, utilizando sus dotes filológicas, se basó en la cultura nórdica precristiana como « cultura de la imagen », exaltando lo que él veía de nobleza primigenia, y sin olvidar por otro lado grandezas de otras mitologías como la finesa y la griega.
Acerca del « cosmopolitismo » exhibido por Viggo Mortensen, Tolkien no podía ser más contrario, y en más de una ocasión manifestó su oposición a la « Commonweath » como ejemplo de ese cosmopolitismo que detestaba.
Ni Tolkien ni Campbell tienen nada que ver con Viggo Mortensen, el cual se ha enterado muy poco de lo que interpretaba. Y es que como buen progre arrimado a la oligarquía más negrera de la Península, el Alatriste venido a menos la ha cagado bien cagada. Empero, no hay mal que por bien no venga, y con tantas cagadas de por medio, ya tirios y troyanos empiezan a reaccionar ante tanto despropósito.
Y por cierto, ya está bien de que extranjeros pretenciosos e ignorantes tengan que estar diciéndonos a los españoles hasta qué tenemos que pensar. Que se metan su paternalismo pseudoilustrado/complejo de superioridad por donde mejor les quepa.
(*) « Cultural »… ¡jajajaj! El mismo Omnium que negó reconocimiento alguno a Josep Pla, el mejor prosista en lengua catalana del siglo XX; por no ser separatista.