“Me llamo Ángel Martínez y mi sueño era llegar a ser camarógrafo. Siempre pensé en la fotografía. Así como tú, mis amigos se reían de mí, pero fui un testarudo y empecé a trabajar en el año 54 como ayudante en la televisión.
Conocí a lo mejor de la cultura de esa época, era el primero en llegar y era el último en irme del trabajo. Así escalé hasta que fui camarógrafo (…) Muchos años después, en pleno Período Especial, me retiraron.
Ellos, me explicaron, tenían miedo de que cometiera errores detrás de las cámaras, que la edad de retiro ya la tenía. Me dieron esta bicicleta que ahora me sirve para moverme y vender mi mercancía. No es mucho pero algo gano, al menos me da para pagar los impuestos y quedarme con algo más de 260 pesos, que es mi retiro.
Me convencieron, pero te juro que aunque los equipos de hoy son muy modernos, mientras la mente me acompañe sigo soñando.”
Fuente: Cubanet
La sombra del Decreto de 1898 sigue siendo alargada, recordando una pérdida que trasciende lo puramente legal y se adentra en la esfera de la identidad y la...
Read moreDetails