LA FRANQUICIA CHAVISTA:
Sí. Quienes conocemos al talentoso y capacitado economista Juan Ramón Rallo, uno de los más connotados exponentes de la Escuela Austríaca en España, sabemos que sus aportaciones van enfocadas conseguir más libertad y menos injerencia estatal. Ninguna duda en ese sentido.
El problema está en que quienes han constituido la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados (solo el nombre ya causa repelús) ni mucho menos tienen el mismo objetivo que Rallo. En absoluto. De hecho está pensada para justo lo contrario.
Esta agrupación parlamentaria está diseñada para que una vez finalizadas sus sesiones, emita un dictamen que se remitirá al Pleno de la Cámara para su debate y aprobación, dictamen que contendrá resoluciones y propuestas sobre el objeto de sus trabajos. ¿Cuáles son sus trabajos? Determinar, con el Secretario General del Partido Comunista de España como vicepresidente, cómo y cuándo se va a profundizar en la implantación del chavismo en España. Ese es el fin real de este órgano.
Rallo, como buena persona que es, en su ingenuidad de no haber enfrentando nunca a un régimen criminal como lo son el castrismo y el chavismo, ha caído en la inocentada de comparecer ante esa comisión que no es sino el paripé que han organizado los comunistas para dar legitimidad institucional, democrática y popular a las fechorías que tienen previsto ejecutar próximamente.
Rallo, en su buena fe, será usado como argumento por los criminales que nos gobiernan para demostrar que las decisiones emanadas de ese órgano parlamentario, fueron tomadas después de escuchar y tener en cuenta, en aras de la unidad y del bien común, a amplios sectores del país nacional español y bla, bla, bla…
Esta película no solo ya la vi y la viví. Es que llevo veinte años siguiendo muy de cerca cómo se aplica la franquicia chavista en los países donde ha llegado esa peste.
Dicho queda.