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España es de centro

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Hasta junio -una vez que pasen las elecciones municipales y autonómicas- no tendremos completo el paisaje después de la guerra porque lo de ayer fue la primera batalla, que se saldó con una victoria democrática del centrismo y la derrota de los extremos.

Hasta entonces, será muy difícil formar gobierno porque los partidos estarán más pendientes de sus resultados autonómicos y municipales que de la nación.

Lo que ha cambiado en España es el votante -que gracias a la democracia próspera y solidaria en la que vivimos- decide libremente a quien votar y a quien dejar fuera de sus preferencias, dejando en evidencia a las casas de apuestas y de encuestas.

El PSOE ha conseguido una victoria que aplazará la guerra interna que padece desde 1996; pero su ajustado resultado en términos de gobernabilidad podría obligarlo a pactar con una parte de los golpistas catalanes y con el PNV, que ha estado agazapado hasta ahora; pero que tendrá que endurecer su discurso si no quiere que EH-Bildu le robe la merienda.

¿Qué ha hecho el bipartidismo, y específicamente el PP, para que en sitios como Cataluña, Pais Vasco y Valencia, los grandes beneficiados por el franquismo desarrollista, haya crecido tanta desafeccón a España?

La victoria en 2011 fue más demérito de Zapatero -nefasto- que mérito de Rajoy; que desperdició la mayoría absoluta con un gobierno de burócratas sin sensibilidad política ni social. Rajoy hizo un notable trabajo en superar la crisis económica, pero le faltó valentía para reconocer la corrupción, pedir perdón a los españoles y toleró errores de bulto como los desahucios y las andanadas de los hermanos Nadal (alguien sabe dónde andan) contra la energía renovable, actuando al servicio del monopolio eléctrico y no de los españoles.

Pablo Casado podría significar la renovación del partido, a la que muchos asistimos esperanzados; pero el mismo se encargó de echar un jarro de agua fría, con su rescate de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez y Esperanza Aguirre entre otros; compitiendo absurdamente con C’s y VOX y dejando que Sánchez Pedro, un mediocre con dosis de amoralidad, escapara vivo.

En las victorias hay q ser generosos y muchos compañeros no entendieron q se marginara a personas valiosas solo por haber apoyado a Soraya Sáenz de Santamaría. Cuando Oxford y Cambridge pierden la famosa regata, no tiran a remeros por la borda.

Inexplicable la sustitución de Fátima Bañez x el señor Cortes, q tuvo la desgracia de q su hijita fuera asesinada; pero carente de conocimientos políticos para encabezar una candidatura electoral.
Y la confección de las listas electorales ha sido un disparate casi generalizado, con marginaciones absurdas como las de Fernando Martínez Vidal e Íñigo Henriquez de Luna y el encumbramiento de Juan Carlos Vera y su novia, presuntamente vinculados con la Gurtel y que no gustan a las bases.

El PP no ganó en 1996 y 2000 con un discurso duro y maniqueo; sino hablando catalán en la intimidad, negociando con el «Movimiento de Liberación Vasco» y pactando con CIU, PNV, IU y los sindicatos. Aquella victoria ajustada de 1996 permitió cortar el proceso de priización a la mexicana que España padecía en manos de Felipe González. Gran mérito de Aznar.

La jugada fue útil porque negociar con las burguesías vascas y catalanas, cerró el camino a las opciones más rupturistas en ambas regiones; pero cuando se produjo el giro táctico (2000) el PP se convirtió en una fábrica eficaz de independentista. ERC parte de lo que es se lo debe a Aznar.

Al dialogar el PP con Anguita y los sindicatos, el PSOE se quedó pidiendo el agua por señas, pues no sabía ni por donde le venían; pero aquel encanto se rompió con la mayoría absoluta de 2000 y el galope tendido que impuso Aznar a un partido que no supo reaccionar a sus delirios, excepto casos aislados como Rodrigo Rato (ah, Rodrigo ahora tan vilipendiado por los que se mataban por meterse en tu despacho y hacerte la reverencia) y Federico Trillo.

VOX y Podemos tienen los votos tasados. Los españoles son alérgicos a los extremos y, salvo que Abascal emprenda el camino de la moderación sensata para pescar en caladeros de centro, tendrá complicado crecer electoralmente; aunque si serviría de aliado de la izquierda, como factor movilizador de sus votantes.

Podemos, que ahora se llama Unidas Podemos, pasó de asaltar los cielos y pretender derribar la moribunda Constitución de la casta a integrarse en la casta y ser el chico de los recados de Sánchez Pedro, que ha jugado brillantemente la partida, con la asesoría de Iván Redondo, alguien talentoso y despreciado por el PP.

Un PSOE medio recuperado, aunque habrá que ver cómo termina la guerra andaluza y la renovación de baronías regionales de ingrato recuerdo en Ferraz sanchista; mantendrá a Podemos y sus círculos bajo mínimos y obligados a apoyar a Moncloa mientras dure la travesía.

Con este panorama tan complicado y teniendo en cuenta los grandes retos de España: deuda externa, déficit, demografía y desigualdad y tensiones territoriales, sería deseable un gobierno de coalición PSOE-Ciudadanos, que ponga España por encima de cualquier otra consideración.

Pacto que obligaría a PP a tender puentes y a llegar acuerdos de gobernabilidad en temas imprescindibles para España; alejarse de esto seria suicida para Casado.

Sí, ya sé, que la emocionalidad impide a estas horas vislumbrar la necesidad que tiene España de un gobierno fuerte y sensato, alejado de cualquier tentación golpista y periférica; y que Rivera ha sido fallido al proclamar que no pactaría con Sánchez y que los militantes socialistas han gritado esta noche con Rivera, NO.

Pero la política hace extraños compañeros de cama y nunca jamás es hasta dentro de 5 minutos. Rivera ha sido legitimado por las urnas y es el mejor antídoto contra golpistas, Iceta, Cunillera y Batet.

Los otros ganadores a priori de esta noche son los gobiernos de Cuba y Venezuela, que deben haber seguido la contienda en la Madrastra patria con sendas velas encendidas a San Pancracio; por ello se hace necesario que Ciudadanos forme parte del gobierno, pues un acuerdo de Sánchez con podemitas y nacionalistas implicará ventajas para Caracas y La Habana y desventaja para venezolanos y cubanos de a pie.

Y a mis compañeros del PP, no os vengáis abajo, toda derrota es una oportunidad de cambio, de rectificar rumbos; si algo bueno tiene el PP son sus bases y muchos dirigentes valiosos, como Teodoro García Egea, apenas visto en esta campaña dominada por la musa Cayetana y dirigida por Maroto.

Poco se sabe en España de la cantidad de alcaldes, portavoces y concejales valiosos con los que cuenta el PP.

En Aldeacentenera, como es tradición, ha ganado el PSOE las generales; mis compañeros y yo rompimos esa tradición en 2015 en las municipales; habrá que ver qué ocurre en mayo allá, aquí y en España.

En el ámbito personal, me toca consolar a Irene, muy afectada por la derrota, con un whatshapp muy suyo: ¡Papá….!, felicitar a mi amigo Manuel Fort, que me pronosticó desde el primer día lo que pasaría esta noche e intentar dormirme con el consuelo de que, al menos en Manjatan (Majadahonda de mis amores) el PP siguió siendo la lista más votada, como ocurrió en Pozuelo de Alarcón, donde su alcaldesa, Susana Pérez Quislant ha hecho un trabajo notable.

Mañana al tajo y no quiero llantos…

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