-Por Antonio Moreno Ruiz
El día 21 de abril de 2020 fue detenido en Almería el terrorista islamista angloegipcio Abdel Majed La operación ha sido posible gracias a la Comisaría General de Información, la Comisaría Provincial de Almería y el Centro Nacional de Inteligencia, en cooperación con fuerzas de seguridad europeas.
Abdel Majed estaba con dos “compañeros” en esta ciudad del sureste de la Península Ibérica sin levantar sospechas, tomando toda la discreción posible dada la política de confinamiento decretada por la alerta sanitaria. Estamos ante uno de los terroristas más buscados y temidos en Europa debido a su trayectoria en el Estado Islámico en la zona de conflicto sirio-iraquí. Asimismo, se trata de un personaje extremadamente violento.
A pesar de que España no se encuentre en su mejor momento, el Estrecho de Gibraltar sigue siendo una de las zonas claves de la geoestrategia a nivel mundial: Aquella providencia geográfica supone el encuentro (o desencuentro) de Europa y África y el paso obligado para América. Acabada la Reconquista española en 1492 cerca del Mediterráneo de Granada, la reunificación política española no se entendió sin llevar esa civilización mediterránea por el Atlántico y llegar hasta los confines del Pacífico. Sin esa definitiva victoria sobre el islam en Granada y sin la posterior victoria de Lepanto en el siglo XVI (brillando en ambos casos las armas hispanocatólicas), Europa no hubiera sido tal y como la conocemos, sino en todo caso, una especie de Gran Turquía.
Históricamente, esta geografía providencial fue peleada por cartagineses y romanos, así como por godos y moros. Napoleón dijo “aquella desgraciada guerra de España me perdió” y Hitler dijo que en España no se podía entrar sin pedir permiso. Y los Estados Unidos, luego de la Segunda Guerra Mundial, consiguieron atraérsela a su área de influencia. Los españoles no tenemos un concepto elevado de nuestra patria porque como dice la filóloga e historiadora María Elvira Roca Barea, hemos sido educados en la fracasología de la Leyenda Negra. Pero España es clave para la seguridad y la tranquilidad de Occidente. Y España cuenta con dos ciudades en el norte de África: Ceuta y Melilla, fronterizas con Marruecos; estado que chantajea continuamente a España con la inmigración ilegal y que exige fondos a la Unión Europea que no se sabe muy bien a dónde van; lo que sí es sabido es que Marruecos produce muchísimo hachís que luego se distribuye por toda Europa.
Así las cosas, la detención de Abdel Majed y sus dos camaradas es un éxito más de las fuerzas de seguridad españolas, cuya lucha contra el yihadismo está siendo ponderada en todo el mundo occidental, pues con tino y olfato, gracias a España, se han salvado muchas vidas, siendo que países de la Unión Europea como Francia o Bélgica han vivido
Todavía está por saber la verdad de los atentados de aquel fatídico 11 de marzo de 2004 en Madrid. No obstante, si en aquel “11-M” hubo obstáculos que oscilaron entre intereses políticos y cloacas (para)estatales, parece que turbios peligros vuelven a acechar para la seguridad de la nación, puesto que el vicepresidente Pablo Iglesias, chavista declarado, tiene ya un pie en el Centro Nacional de Inteligencia; y habida cuenta de los oscuros negocios entre la tiranía chavista y determinados grupos islamistas, con el narcotráfico y la financiación ilegal que podría afectar tanto al PSOE como a Podemos según los datos proporcionados por Bolivia y Ecuador (y que la DEA vigila muy de cerca), y ante los más de 20.000 muertos por la nefasta gestión del coronavirus y en plena crisis económica, el panorama no se presenta nada halagüeño.
Sin duda, unas fuerzas de seguridad tan eficientes no merecen estos devaneos políticos que no sólo arruinarán a España, sino que también pueden hacer temblar a todo Occidente.
