Concluye visita del Embajador de Cuba a Sevilla

Continúa la conspiración organizada contra el Estado español…
El inefable embajador de Cuba en España no descansa. Es un Quijote de los tiempos modernos con un único objetivo en la cabeza: acabar con España. Esta mañana la gendarmería daba a conocer los nombres de los organizadores de los Comités de defensa de la República Catalana (CDR). Un grupúsculo paramilitar, inspirado en los Comités de Defensa de la Revolución organizados en cada barrio en la isla caribeña.
Desde su llegada a la Península y mucho antes de entregar su acreditación oficial el nuevo embajador que fue expulsado de los Estados Unidos por ser un espía del régimen cubano no ha cesado en sus intentos de reactivar el tejido asociativo simpatizante con la dictadura. Infatigable parece dotado del don de la ubicuidad. La semana pasada estuvo en las islas Canarias, la anterior en Galicia. Entre uno y otro viaje oficial, Machito Rico, se invita a asambleas, rifas, actos de todo tipo en apoyo a la dictadura.
Ayer, en compañía de un viejo compinche, otro connotado agente del régimen, Alejandro Castro Medina, cónsul de Cuba en Sevilla, iniciaron una vista oficial a la región. Allí fueron recibidos por el delegado del Gobierno de Andalucía Antonio Sanz Cabello quien se mostró encantado de posar en compañía de un sicario de la dictadura, convencido de estar fomentado las relaciones entre ambos países. Ambos personajes trataron temas de interés común. En la reunión institucional también estuvo presente Alejandro Castro, que es otro que no descansa, alardeando de su excelente actividad conspirativa en la provincia española donde también multiplica contactos y reuniones con grupos afines a La Habana.
Antes, alrededor de las 10 de la mañana, ambos agentes fueron recibidos en el Ayuntamiento donde agradecieron a los alcaldes y concejales allí presentes, la resolución que fue aprobada en el Pleno rechazando la injerencia norteamericana en la isla y reclamando el levantamiento del Embargo.
Grandes señores, ambos funcionarios castristas intercambiaron con campesinos de la cooperativa agrícola Señora de las Nieves, declarando que « es interesante como los campesinos españoles se unen para defender sus intereses ». Ignoramos si Machito Rico, Alejandro Gafitas y sus compañeritos tuvieron la decencia de confesar a los vecinos de Los Palacios y Villafranca que los agricultores cubanos no gozan de ese derecho elemental.
Para concluir si visita, nada mejor que encontrarse con los simpatizantes del régimen de La Habana en la Plaza Cuba, allí, Machito Rico y Alejandro Gafitas se despidieron del amable público, agradeciéndole por su presencia y las muestras de solidaridad, gestos que se lleva bien anotados para transmitirlas a su jefe Bruno Gelatina.
No se comprende cómo estas personas son recibidas oficialmente en los ayuntamientos españoles. Tampoco es comprensible que el gobierno haya aceptado la habilitación de un connotado agente secreto, permitiéndole que multiplique contactos con la sociedad civil, cuando su homólogo español en La Habana vive encerrado en el decomisado palacio,* otrora vivienda de Dionisio Velasco y María Teresa Sarrá.
Nota:
* La familia Sarrá, de origen catalán, hizo una gran fortuna en la segunda mitad del siglo XIX en Cuba gracias a los negocios de farmacéutica y droguería. A principios del siglo XX decidieron construir un palacio como vivienda y quisieron que esta vivienda supusiese una excepción desde el punto de vista estilístico, ya que asume el art nouveau como concepto arquitectónico adoptado por la burguesía habanera, que ve en este estilo una muestra de sofisticación europea.