Buenos días, Palmaris mosqueados, incrédulos e incluso suspicaces.
A cencerros bien tapados
se han recluido en silencio
y los gestos que presencio
son rictus disimulados.
Ya habrá pactos bien pactados
y sillones a subasta
para encumbrarse en la casta
y, cuando nos enteremos,
todo nos lo tragaremos
y se llevarán la pasta.
Salud y pronto para Ruth, para Izaskun, para Martín, para Miguel y para el gran Gandalf del Rif.
Nada de clima en Valencia.
Sit tibi dies levis.
La sombra del Decreto de 1898 sigue siendo alargada, recordando una pérdida que trasciende lo puramente legal y se adentra en la esfera de la identidad y la...
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