Una joven química de la Universidad de Zaragoza ha empezado a comercializar el producto, basado en una mezcla de sales, tras 2 años de investigación
Tras dos años de investigación, Aisber acaba de lanzarse al mercado de la mano de la start up Cool everywhere con un funcionamiento muy simple.
El interior del dispositivo está estructurado en bolsas separadas que contienen líquido y sales. Al presionar sobre ellas, el sellado que separa los componentes se abre, produciéndose la mezcla que activa el enfriamiento. De este modo, cuando se coloca la lata o botella en el interior del enfriador –de un solo uso–, la bebida se enfría rápidamente.
Una vez activada la mezcla, esta se mantiene fría alrededor de 30 minutos para evitar que la bebida se caliente durante su consumo. Una vez pasado este tiempo, el enfriador pierde el efecto.
La parte más novedosa del proyecto es que hasta ahora nadie había utilizado la tecnología de frío instantáneo para enfriar bebidas. “Hemos desarrollado una tecnología de fabricación que permite un enfriamiento rápido y efectivo a un precio competitivo”, asegura Fatás que se le ocurrió la idea cuando no pudo tomarse una lata de bebida durante una ruta en bicicleta en un día caluroso.
Sin embargo, aunque se ha conseguido desarrollar el producto para su comercialización, la tecnología que utiliza, de momento, no es del todo asequible. El precio del enfriador oscila entre los 16 euros que cuesta un pack de 3 unidades hasta los 42 euros del pack de 12 enfriadores.
Fatás espera que el producto tenga una buena acogida al mismo tiempo que busca nuevas vías para mejorar su producto, desarrollando, por ejemplo, un enfriador reutilizable.