Petición al marqués de Bradomín

De la traición de Vergara,
a los males de amores
y la Tierra Caliente,
de mexicanos ardores.

Del Papa, guardia noble,
en Tierra Santa, peregrino,
lancero de la Corte de Estella,
Don Juan de aventurero destino.

¡Oh, gallego de pazo blasonado,
feo, católico y sentimental,
arquetipo de un mundo destruido,
cuya memoria siempre hace suspirar!

¡Inspíreme vuecencia en este nuevo
apasionante trayecto literario,
en el que usted será protagonista
y ojalá el futuro sea mi emisario!

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