Los favores de Castro Primero que debe José María Aznar

En la entrevista más íntima ofrecida por el expresidente del Gobierno en televisión.


Es lamentable que no haya profundizado en lo que es aquella dictadura todavía y lo que significa. Tampoco dijo una palabra de la influencia que tienen sus agentes en España, capaces de organizar mítines de repudio en los consulados o hasta incluso, secuestrar disidentes.
¿Su padre fue compañero de clase de Fidel Castro?
No, respondió estudiaron en el mismo colegio.
Mis abuelos con sus 4 hijos se fueron a vivir a La Habana entre 1923 y 1933. Eran 4 hijos, allí nació el único de aquellos cuatro hermanos que todavía vive. Mi padre estudiaba en el Colegio de Belén, un centro dirigido por el jesuita muy famoso en América. Para la época de trataba de una de las instituciones escolares más avanzadas del mundo. Y como ahí también estudió Castro, pues de alguna manera coincidieron.
Mi abuelo dirigía el periódico más prestigioso de Cuba el Diario de la Marina, propiedad de los Rivero.
En el año 1999 con motivo de una Cumbre Iberoaméricana, tuve la oportunidad de visitar La Habana y aquella casa donde vivieron mis abuelos y mi padre.
Como mis relaciones con Castro eran así un poquito…, a lo que replicó Osborne con esa manía que tiene de no dejar hablar a la gente ‘Muy de aquella manera’, con lo que nos quedamos sin saber cómo eran realmente.
¿Y tuviste la oportunidad de hablar con él sobre este tema?
Castro se opuso por todos los medios a que yo me convirtiera en  Presidente del gobierno, afirmó Aznar, sin detenerse a pensar en lo que estaba diciendo, ¿Cómo es que Castro todavía podía tener esa influencia en la política española? La verdad es que uno alucina en colores.
En todo caso, yo siempre mantuve una posición clara con respecto a Cuba y las Cumbres. De todas maneras la decisión de hacerla en La Habana se había tomado antes de mi mandato, así es que no lo cuestioné y fuimos…
Fue  una ocasión que en que los retes y el presidente del gobierno coincidían en el exterior. Pude visitar la casa donde vivía mi familia. Se situaba en el centro dela Habana y aunque Castro había pintado la fachada la situación de las gente que vivía dentro era terrible. La casa estaba aparcelada. Había un comisario político en la casa; pero a la gente tuve que llevarla de todo. La gente no tenía de nada, ni jabón, ni toallas, no tenían ropa interior ni llevaban calcetines. Tuve que llevar hasta papel higiénico. Todo lo que te puedes imaginar de la pobreza extrema en que vivían en aquella casa en el centro de la ciudad, cerca de la universidad.
La verdad es que Castro me hizo un pequeño favor, que fue el recuperar todo los artículos que escribió mi abuelo para el Diario de la Marina y enviármelos a España.
¿Y lo hizo?
Sí, la verdad. Tengo guardados todos esos artículos. Luego nos hizo otra cosa, que te la voy a contar. En aquella época se planteó que los reyes hicieran una visita oficial, pero por distintas razones yo no era partidario. Así es que cuando fuimos con motivo de la Cumbre, y visitamos el centro de la ciudad estaba completamente vacía porque Castro había mandado a que las personas se quedaran en sus casas. Luego nos dijo que si queríamos ver a la gente teníamos que organizar una visita oficial, de lo contrario nada.

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