Grandes construcciones militares españolas en el siglo XIX

Ciego de Avila, Cuba 9 ene (PL) La Trocha de Júcaro a Morón, construida en 1871 para impedir el avance de las tropas mambisas hacia el occidente de la Isla, es uno de los vestigios más importandes de la ingeniería militar espanola en Cuba.

Aunque para los españoles de la época era un una barrera inquebrantable, la valentía y audacia de los cubanos que integraban el Ejército Libertador demostraron todo lo contrario.
Fue así que el 6 de enero de 1875 el General Máximo Gómez, en compañía de su tropa, se convirtió en el primero que logró cruzar esa línea militar, considerada la obra más perfecta y sofisticada de los españoles en América Latina.
Su objetivo lo logró con la ayuda de jefes insurrectos de Ciego de Avila, entre ellos el brigadier José Gómez Cardoso y el coronel Simón Reyes Hernández, conocido como El Águila de la Trocha.
Hoy a los 143 años se recuerda el hecho como uno de los más importantes acontecimientos históricos ocurridos en tierra avileña por la independencia de Cuba.
Y es que precisamente la Trocha atraviesa el centro de la provincia de Ciego de Avila, considerada la parte más estrecha de la Isla con 68 kilómetros, desde el puerto de Júcaro, en la costa sur, hasta el poblado de Morón, en la norte.
La línea fortificada contó con 68 fuertes a la distancia de un kilómetro cada uno, 67 blockhouse y 401 puestos de escucha, y estaba custodiada por más de cinco mil hombres que contaban con moderno armamento de infantería y 10 piezas de artillería.
A través de un ferrocarril de vía estrecha construido a lo largo de La Trocha podía moverse la tropa con rapidez de un lugar a otro.
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