España sí que es bananera

Como si fuera una coña de alguien que está arriba por encima de podredumbres, los medios de comunicación, los políticos, las gentes agremiadas en general de esta España de horrura, suelen señalar con el dedo a todo la América Morena; y, entre otras lindeces, suelen indicar que allí, en las tierras del otro lado de la mar oceana, todas las repúblicas son bananeras y sus políticos, a diferencia de los españoles, son unos corruptos que se venden por cuatro chavos.
Incluso en el tema del negocio del blanqueo del dinero y el comercio de la droga, se le suele achacar a las tierras de la otra orilla de la mar la capitanía de la gestión y dirección de tales negocios, y en la más pura realidad tienen sus centros de información, logística y ataque para llevarlos a buen fin desde Europa; y dentro de Europa desde la santa y piadosa España, donde las mafias hace ya muchos años que descubrieron que la derecha y la llamada izquierda española se venden mucho más baratas que cualquier republicano bananero, como despectivamente llaman a los políticos de la otra orilla de la mar oceana.
El agua de beber, el agua vital, por enumerar un producto y un aspecto mafioso español, un bien de pura necesidad, que modernamente se podría generar con la energía eólica o solar desalinizando agua de mar a unos costos y caudales de risa, en España, una mafia procedente de Francia, al principio de la mano socialista, ahora patrimonio de los tres partidos mancomunados, amasados, pepé-pesoe-c’s, y la abstención a perpetuidad de Podemos, que debería de tener ya empapelados los juzgados españoles de denuncias al respecto solo del agua, se ha adueñado del necesario elemento y del país, pueblo por pueblo, ciudad por ciudad, comunidad autónoma por comunidad autónoma, ayuntamiento por ayuntamiento, gobierno de ahora y gobierno anterior, con una desfachatez, con tanta luz y taquígrafos para robar impunemente las mafias del agua, que causan asombro.
Con descaro, y el que tenga duda que se interese por el asunto en Cartagena de España, o en la cortijá murciana, los partidos políticos se pelean entre sí para que la empresa concesionaria del agua, se fije en el valor de su amistad, y los mantenga sin sed, que, para ellos, sabiendo los políticos que España es el paraíso del voto cautivo, el reino de ¿y de lo mío qué?, las urgencias para levantar el puchero de las gentes, que después de jornadas exhaustivas de pura esclavitud, no están para atenciones y exigencias políticas en este salvase de trincar euros; de mal vivir al que ha llegado España, donde el único mérito que tiene y se aprecia es que gracias a unos camicaces de los medios de comunicación, se está sabiendo meter la basura, como nunca, bajo alfombras de apariencia.
Desconozco el número de juzgados y de fiscales que cobran jornal en la cortijá murciana; pero de lo que sí tengo conocimiento es que un número de ciudadanos normales, de la calle, asociados en una plataforma cívica, con apenas un ojeo en las relaciones comerciales ayuntamiento de Cartagena empresa adjudicataria de los servicios del suministro del agua pública a los vecinos y los alcantarillados, no han encontrado ni un solo apartado en el que tal adjudicación, tal privatización de un servicio público vital, haya beneficiado a los vecinos, al tiempo, que todo el entramado administrativo entre ayuntamiento y empresa, es un verdadero nido de graves irregularidades de todo tipo, que los partidos políticos, ya, a cara descubierta, defienden muy por encima los intereses privados de todo tipo de la empresa adjudicataria, a los vecinos, que pagan por el agua como si estuviera embotellada.
Tales “amores” de los partidos políticos hacia, en este caso la empresa adjudicataria del agua, no voy a decir que lleva gato encerrado, porque lo que realmente lleva es una garra con largas uñas de rapiña; y que, aunque los citados vecinos asociados en plataforma de defensa colectiva disponen de pruebas que pondrían en marcha cualquier juzgado con ganas de hacer justicia, en la cortijá murciana es tanto el poder del agua que  La No Justicia, sino Una Justicia que hay en la citada cortijá murciana no encuentra delito alguno en tan simpática empresa para los políticos.
España, ahora mismo, es el peor ejemplo en el que puede caer una sociedad que vive cautiva de sus propios políticos, que dueños de los medios, amasados con el sistema, se viste con ropas democráticas cuando una dictadura férrea, galopante, ejercida por los poderes ejecutivos de los tres citados partidos políticos y el cuarto que hace arrancadas de caballo para salir al trote de burrico viejo, con el nivel más bajo intelectual político de todos los tiempos conocidos, con una absoluta carencia de líderes, en su ignorancia analfabeta piensan y dicen que la América Morena, sus repúblicas, porque están encañonadas con las pistolas gringas y aplastados por los hostias cristianas y conceptos religiosos medievales, son bananeros.
Y aún así, poco a poco aquellos países, a pesar de todo, van caminando hacia adelante con mayor futuro y esperanza que una España vieja, decrépita, que agoniza entre políticos vendidos.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.

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