Entrevista a Ferrán Núñez: 25 argumentos históricos, políticos y legales para que Cuba vuelva a ser española

-Agradecemos a los amigos de Actuall y de Somatemps por recordar esta entrevista a Ferrán Núñez, autor entre otros, de «España contra los salvajes (Cuba, la guerra civil olvidada)»:

y alma mater del reunificacionismo cubano, recogiendo el testigo de su paisano José Ramón Morales QEPD.

La entrevista nunca pasa de moda, pues nuestro ideal hispanista no es ni romántico ni historicista, sino que va de abajo a arriba, desde lo cultural a lo pragmático. No renunciamos ni mucho menos a la formación; pero esa formación nos tiene que servir para el presente y para el futuro y no para caer en depresiones nostálgicas; que, ciertamente, tal y como está el mundo, dan ganas… Pero siendo hispanos ante el siglo XXI, nos mueve más el afán de resistencia y de construir afirmando nuestra identidad frente a la globalización.

Hay argumentos contantes y sonantes para que Cuba se reintegre políticamente en España. No es un farol, no es una fanfarronería, no es una utopía. Dejemos esas cosas para los castrochavistas y vayamos a lo nuestro.

Exponemos el enlace de Actuall:

Y asimismo el de Somatemps:

Siendo que el contenido es el mismo, es bueno que nos juntemos y no abandonemos la constancia.

Pasen y vean:

-Entrevista de Íñigo Bou-Crespins a Ferrán Núñez:

Dado que me gusta empezar fuerte, no sólo con buen pie, sino a trote largo o a galope tendido, le voy a hacer una pregunta un tanto osada y atrevida: ¿Se considera usted un excomunista?

No me considero un excomunista, sino, más bien, un producto de la época y del lugar en el que me tocó vivir. Yo, en realidad, no sabía qué es el comunismo. Esto es algo que le sucede a muchos jóvenes cubanos que son afines a los valores del régimen castrista, al pensamiento oficial, pero sin una convicción, sin una reflexión de aquello que defienden. Las ideas adquieren peso cuando uno comienza a preguntarse las cosas.

En síntesis, más que de excomunista, se le podría calificar de un hijo de su tiempo que maduró políticamente al empezar a cuestionarse las cosas. Tras haber inquirido, indagado y buceado en torno a su pasado, ahora, vamos a fijar el centro de atención en el tema principal de la entrevista. ¿Piensa usted que Cuba nunca dejó de ser española?

Hay muchísimas razones para defender la reunificación de Cuba y España, que se pueden clasificar en económicas, demográficas, legales, históricas y políticas.

Esgrima el sinnúmero de razones en el orden que usted mismo ha establecido. Así pues, abramos el telón con las económicas.

Empecemos por la a razón económica. Cuando Cuba se independizó, los españoles de allí conservaron sus negocios y su poder en el nuevo régimen republicano, cosa que no ocurrió en otros lugares de América que les fueron arrebatados a España, donde fueron expulsados o masacrados.

«Los españoles de Cuba fueron desposeídos de su nacionalidad por Real Decreto, pero esto fue una barbaridad»

Además, todas las estructuras económicas de Cuba siguieron siendo casi las mismas que las del estado español hasta la llegada de Fidel Castro al poder, en el año 1959. Y cabe considerar que la balanza de pagos fue inmensamente beneficiosa para España durante los primeros años de la separación.

¿Estas razones de índole económica han tenido algún tipo de repercusión o impacto demográfico?

Muy buena pregunta. Naturalmente. Como consecuencia de lo que acabo de explicar, tuvo lugar una inmigración masiva de españoles a Cuba hasta 1930. Más de un millón de nacionales se desplazaron y afincaron en la isla. Si se hubiese producido una ruptura real entre España y Cuba, esto no hubiera sucedido.

Es el turno de las razones legales o jurídicas. Enumere y desarrolle algunas de las que cita en su suculento libro.

La tres primeras razones legales las podemos encontrar en el propio Tratado de París, acuerdo a través del cual Cuba adquirió su independencia.

En primer lugar, es precio recordar que, después del Tratado de París, los españoles que residían en la isla se quedaron y siguieron conservando puestos de relevancia y poder, algo inimaginable en otros territorios americanos que se independizaron de España. Los cubanos ocuparon la administración y los españoles siguieron ocupándose de todo lo demás.

En segundo término, el Tratado de París nunca fue aprobado por las Cortes españolas, cuando la Constitución del momento exigía que este tipo de cuestiones les fuesen consultadas. Ojo, no tenían poder de decisión, puesto que éste recaía en el Rey, pero la consulta al Parlamento era obligatoria por imperativo constitucional.

El tercer motivo que gira en torno al Tratado de París es que su artículo nueve violaba el derecho de gentes, porque a los españoles residentes en Cuba, los puso al mismo nivel que los bienes muebles, inmuebles, sillas, mesas, etcétera. Estados Unidos dio un trato bastante similar a los puertorriqueños, a los que consideraba como miembros de tribus salvajes e inferiores.

La cuarta de las razones jurídicas es que el Código Penal que rigió en Cuba hasta 1976, es decir, hasta ayer, fue el español. Esto nadie lo sabe y me parece muy fuerte, además de ser un excelente argumento contra la Leyenda Negra.

El quinto de los aspectos legales es que los españoles de Cuba fueron desposeídos de su nacionalidad por Real Decreto, pero esto fue una barbaridad, porque para que surtiera efecto legal habría que haber asentado, individualmente, la pérdida de la nacionalidad de cada cubano en el Registro Civil, a lo cual la ley obligaba, y que, por supuesto, nadie se tomó el trabajo de llevar a cabo

Considerando todo esto y que además, una parte gigantesca de la población cubana tiene antepasados españoles, todos los isleños podrían adquirir la nacionalidad española según el artículo 20 del Código Civil español.

Ha tocado hace un momento el tema de Puerto Rico. ¿Podría, desde un punto de vista legal, llevar a término la reunificación con España?

Si se generase un clamor popular en Puerto Rico a favor de la soberanía española y la mayoría eligiese la reunificación con España, no habría ningún problema para que esto se llevase a cabo. De hecho, el proceso sería mucho más fácil que en Cuba porque la soberanía de Puerto Rico la tiene el Congreso y por tanto, podría ser cedida sin mayores complicaciones legales.

¿Bajo qué denominación debería Cuba volver a ser española? ¿Provincia, comunidad autónoma, región…?

Teniendo en cuenta que el orden jurídico español es el de las autonomías, Cuba pasaría a ser una de ellas.

Desde mi punto de vista, el sistema ideal sería el de 1897, en el que Cuba era una autonomía, la primera de España, cosa que la gente no sabe. Al paraguas de este régimen, la isla gozaba de unas condiciones incluso mejores que las que tenía Canadá.

Tras haber hecho una incursión en la extensa panoplia de razones jurídicas, demos paso a los argumentos histórico-políticos. ¿No cree que es un tanto utópico, onírico e ilusionista pedir la reunificación de Cuba y España? ¿Se le ocurre alguna vía intermedia para hacer un poco plausible tamaña ensoñación?

Reconozco que, en este momento, es utópico, pero, también, recuerdo que muchas utopías que parecían imposibles de tener predicamento han logrado dar sus frutos.

¿Quién iba a pensar, en el día que emergieron las ideas marxistas, que éstas fueran a crear el imperio soviético y que éste fuese a durar varias décadas? ¿Quién iba a pensar, en el año 1895, que Cuba fuese a ser, al poco tiempo, independiente? ¿Quién iba a pensar que unas ideas tan xenófobas y racistas como las de Sabino Arana, las cuales hacían reír a la gente de su época, fuesen a tener la proyección que han conseguido? ¿Quién iba a pensar que Cataluña estuviese, algún día, nada lejos de alcanzar la independencia? Es más, sobre el tema del separatismo catalán, creo que si la demografía de nacionalistas sigue creciendo y el poder continúa sin tomar apenas cartas en el asunto, no es descartable una futura intervención militar y hasta una nueva Guerra Civil en España.

Interesante punto de vista. Usted admite, con humildad intelectual, que la reunificación de Cuba y España es una idea utópica, pero tiene una fe resuelta en que, a largo o medio plazo, esa ensoñación aparentemente descabellada gozará de un predicamento inusitado. ¿Antes de trepar hasta el tejado, cuáles son, en su opinión, los cimientos para empezar a construir la casa, sus estrategias para hacer de la utopía realidad?

Yo empezaría dando a los  isleños la posibilidad de  recuperar la nacionalidad española, puesto que muchos de sus antepasados la perdieron injustamente.

Y esto es posible porque tengamos en cuenta que, en el año 2015, los judíos sefardíes pudieron optar por recuperar la nacionalidad española que perdieron hace cuatrocientos años. Si ellos han podido recobrar lo perdido cuatro siglos atrás, los cubanos podemos, sobradamente, acabar recuperando la nuestra, dado que es infinitamente más reciente. ¡Justicia histórica para todos!

«Una cosa es que seis millones de cubanos tengan el derecho a recuperar la nacionalidad y algo distinto es que esta medida fuese bien recibida por la mayoría de los isleños. Cabe tener en cuenta que se ha alimentado, en Cuba, un profundo sentimiento antiespañol»

En caso afirmativo, ¿Cuántos cubanos podrían recuperar la nacionalidad española? ¿Miles? ¿Decenas de miles? ¿Cientos de miles?

Estaríamos hablando de hasta seis millones o tal vez más. Tengamos en cuenta que, desde la independencia de Cuba hasta 1930, hubo una inmensa oleada de españoles que se mudaron allí con idea de hacer negocios. Como consecuencia de esta migración, de los once millones que, hoy, habitan en la isla, casi todos tienen un abuelo español. Entonces, si se dictase una ley generosa de nacionalidad, seis millones podrían volver a ser españoles.

Poniendo los pies en la tierra, siendo realistas, ¿no cree que dicha ley pecaría de un apabullante exceso de generosidad?

Lo veo perfectamente posible, porque, en muchos países del entorno europeo, existen leyes muy parecidas. Por ejemplo, en Italia, las personas que desciendan de alguien que haya sido italiano a partir del año 1861, podrían recuperar dicha nacionalidad. Si España se rigiese por este criterio, otorgaría el derecho a recobrar la nacionalidad española no sólo a Cuba y Puerto Rico, sino a México y si me apuran, a toda Hispanoamérica.

Diga, en una frase lapidaria, el porcentaje de cubanos que querrían ejercer su derecho a ser españoles, “el tanto por ciento de los cubanos…”.

Seamos honestos, no puedo contestar a esta pregunta con un dato concreto o una cifra redonda. Una cosa es que seis millones de cubanos tengan el derecho a recuperar la nacionalidad y algo distinto es que esta medida fuese bien recibida por la mayoría de los isleños. Cabe tener en cuenta que se ha alimentado, en Cuba, un profundo sentimiento antiespañol. Si, en la propia España, se ha logrado inocular este veneno, ¿por qué la pandemia no se iba a esparcir por la isla?

¿Nos deleitaría con algún argumento histórico-político adicional?

Me podría pasar el día, ya que sobran las razones. Un argumento de peso que me viene a la cabeza es que El Diario de la Marina, periódico fundado en 1844, es decir, en la Cuba española, fue uno de los rotativos más influyentes de la isla aún después de que le fuese concedida la independencia, rotundo éxito que perduró hasta la llegada de Castro al poder en 1959.

Además de que El Diario de la Marina continuase siendo uno de los periódicos de mayor renombre en la isla, es importante recordar el episodio narrado por el célebre historiador Rafael Altamira al visitar Cuba. Se encontró con una vasta masa de personas vociferando a favor de la Cuba española.

He de admitir que me ha convencido por completo de la causa reunificacionista, por lo que, ahora, cambiaré de tercio y le preguntaré algunas dudas que tengo sobre determinados temas que me despiertan curiosidad. ¿Qué relación existe entre la estrella de la bandera cubana y la de la estelada del separatismo catalán?

Existe una relación total, ya que la estrella de la bandera separatista es, nada más y nada menos, que una copia de la cubana. Está inspirada en ella. Ambos estandartes representan los planes de la masonería de destruir España y acabar con la Hispanidad.

Deduzco que la Hispanidad le hace vibrar de emoción. Dígame, exactamente, por qué.

Fundamentalmente, porque España dio trató de compatriotas a los habitantes de ultramar y no de colonos y esclavos, tal y como hizo el imperio británico.

España elevó el nivel de vida de los americanos, les dotó de cultura, de religión y les integró como si fuesen unos españoles más.

Antes de poner punto final a esta entrevista, me gustaría preguntarle: ¿Ha hecho llegar su propuesta a algún partido político español?

El único partido español dispuesto a tender la mano a los reunificacionistas es VOX, una formación política que defiende la vida y la unidad de España sin contemplaciones.

A modo de opinión personal, la candidata de VOX Rocío Monasterio está de acuerdo con el movimiento reunificacionista. Es más, lo considera como una opción para consolidar la identidad hispana y construir la Hispanidad.

También, Rocío Monasterio se muestra a favor de una ley de nacionalidad para todos los descendientes de españoles residentes en la isla.

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