“No os preguntarán por mí,
que en estos tiempos a nadie
le da lustre haber nacido
segundón en casa grande;
pero si pregunta alguno,
bueno será contestarle
que, español, a toda vena
amé, reñí, di mi sangre,
pensé poco, recé mucho,
jugué bien, perdí bastante
y, porque esa empresa loca
que nunca debió tentarme,
que, perdiendo ofende a todos,
que, triunfando alcanza a nadie,
no quise salir del mundo
sin poner mi pica en Flandes”.
“¡Por España!
y el que quiera defenderla
honrado muera;
y el que traidor la abandone
no encuentre quien le perdone,
ni en Tierra Santa cobijo,
ni una Cruz en sus despojos,
ni la mano de un buen hijo
para cerrarle los ojos”.
-Eduardo Marquina, En Flandes se ha puesto el sol (1910)