Cuba y los elegidos por Dios

No cualquiera, por mucha carga de ignorancia y brutalidad congénita que lleve encima, puede tener papeles y ser uno de los súbditos señalados por dios (vale cualquier dios que esté posicionado urbanísticamente en la gloria) para ser un ciudadano de EE.UU.; un país donde, hoy por hoy, todo el mundo es mercenario al servicio del mundo empresarial con la sola ideología, muy aplaudida por cierto, del dólar.

Y aunque desconozco, sinceramente, que beneficio obtienen, por fuera del beneficio de la confección del papel moneda, en qué otra cosa más, al margen de “porque lo mandan mis cojones”, un paraguayo, por citar un ejemplo, tenga que comprar en dólares estadounidense todos los productos que se organizan por la vía del estraperlo y el contrabando.

Y lo que sí sé es que Cuba, mis pacíficos, alegres y singulares gentes cubanas, en momento alguno le han producido ningún daño a EE.UU. con ser socialistas, comunistas, o mediopensionistas; mientras que, al contrario, desde ametrallar a un buque mercante español y asesinar tres tripulantes, cuando navegaban por aguas libres de verdad, y no el libertinaje yanqui, hasta provocar desembarcos, y hacer todo lo que esté en las manos gringas, y no gringas, con la absurda esperanza de que muertos de hambre y miseria los cubanos aplaudan el paso tintineante de un vaquero yanqui, que luzca una chulesca pistolera, a utilizar la pistola si alguien no aplaude con el entusiasmo que digan desde EE.UU.

Si por una casualidad desaparecieran del mapa los EE.UU. es probable que la humanidad actual tuviera cierto futuro, porque si existe un elenco más destructor y desestabilizador social que los citados EE.UU. deberíamos ponerlo en conocimiento de dios, porque en el entendimiento más parco, el noventa y nueve por ciento de las hambrunas y muertes prematuras de las gentes, las provocan los yanquis, y el resto, el uno por ciento restante las catástrofes naturales.

Y claro que a cualquier persona que tenga un poco de raciocinio no le puede caber en su entendimiento que Israel, (en Israel si hay pueblo y gente, en EE.UU. no, solo mercenarios) otro pueblo elegido por el mismo dios que a los yanquis, o familiar del de los EE.UU. da la completa sensación que a los judíos les encanta vivir allí y donde se puede generar un conflicto, y si nadie lo genera, lo generan ellos.

A lo mejor el cerco terrorista y asesino de los EE.UU a Cuba, que ha superado con creces el medio siglo, no es más que fruto de un brutal ataque de cuernos, por el criminal ridículo mundial que están cometiendo, que por más que publiciten, todo el mundo sabemos que los cubanos no le han hecho ningún daño a los estados unidos por el hecho de que sea un pueblo más culto, más alegre y feliz, que otro pueblo que todo su problema radica en que si no desenfundas la pistola con velocidad, eres un ser desgraciado.

Y el asesino ridículo que están cometiendo los EE.UU. con relación a Cuba, aunque de momento sea una osadía escribir que alguna vez lo van a pagar caro ellos y los judíos que los están apoyando, junto a un puñado grande de comemieldas que hablan, encima, en español, ahora puede sonar ha osado; pero es bien sabido que todo, tarde o temprano, se paga; y se paga en vida.

Y personalmente lo que me gustaría es que los judíos me devolvieran el afecto que como gente perseguida por el fascismo católico, sentía por ellos.

Asunto del que me he liberado y he pagado el tabaco rubio que me he fumado hecho en Usa.

Cuba sigue siendo Cuba y despierta muchas simpatías en el mundo; pero los EE.UU e Israel ¿quién los estima o los quiere?

Salud y Felicidad sin Covid. Juan Eladio Palmis.

Salir de la versión móvil