Cristo en Córdoba

Cual Bizancio entre godos y sirios, 
se presenta la imponente arquitectura,
abierta, como el Mar Rojo ante Moisés,
con la verdad y la libertad frente a la sepultura.

La cruz pasa, estación tras estación,
sostenida por nazarenos cuyos hábitos
oscuros señalan dolor y solemnidad,
mientras el incienso desparrama su hálito.

La Hermandad del Via Crucis atraviesa,
el bosque de arcos, con sus rojas dovelas,
sus lóbulos y sus herraduras. Cristo pasa.
Cristo está en Córdoba. Y vence. E impera. 

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