¡A buenas horas mangas verdes!*

La Embajada de España en Cuba inauguró el pasado 7 de septiembre una página en Facebook. No es la única presencia de la sede diplomática en las redes sociales, pues desde hace varios años funciona un espacio de la Consejería Cultural.
Lo que ha estado sucediendo es que algunos pícaros han utilizado el titulo “Embajada de España en Cuba” y “Consulado de España en Cuba”, para crear espacios apócrifos donde se vende todo tipo de cosas raras. Suponemos, pues no tenemos información oficial, que alguna persona en el Ministerio de Relaciones Exteriores se ha dado cuenta del entuerto y ha decidido que ya era hora de que la sede diplomática de España en Cuba, entrase de lleno en el siglo XXI.
Los que seguimos los asuntos españoles en Cuba, seguimos esperando por la página del Consulado. La que imaginamos como un espacio sano, rico de informaciones y con enlaces funcionales hacia los principales servicios que presta ese tipo de oficinas en todo el mundo.
De la misma manera esperamos que el Consejo de Residentes Españoles en Cuba (CRE) se anime y haga lo mismo a ver si la comunidad se entera de que existe una entidad que los representa a todos en la isla y no sólo a los parientes de sus dirigentes históricos.
Ya puestos a pedir, sugerimos que pongan un contador regresivo en la cabeza de la página, donde aparezca actualizado en tiempo real, el número de expedientes de nacionalidad que se resuelven cada día. Una especie de conteo regresivo hacia esperanza de los miles de descendientes que llevan ya casi 10 añs esperando que se resuelvan sus casos.
Sugerimos a los interesados que inunden la nueva página de reclamos. Que hagan visibles sus casos, para que todo el mundo sepa lo que ocurre en esa Embajada. Tal vez, con un poco de suerte, algún medio en manos de la izquierda tome cartas en el asunto, y consiga inscribirlo en la agenda progresista del nuevo gobierno socialista de Pedro Snchz.
Esta expresión se suele utilizar cuando algo que era muy esperado se produce o se presenta cuando ya no sirve para nada.
Los mangas verdes eran los cuadrilleros de la Santa Hermandad, quienes vestían de verde y se encargaban de detener y encarcelar a los malhechores, y que habitualmente llegaban tarde, cuando los ladrones ya se habían dado la fuga. De ahí la expresión tan comunmente utilizada.

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