Francis Sánchez ha regresado esta semana a la blogósfera después de seis años sin actualizar su bitácora personal. El escritor avileño anunció que continuará publicando sus ideas “sin censura” en el sitio Hombre en las nubes, ahora con una nueva dirección web.
“No soy el mismo”, aclara Sánchez en el primer texto que colgó en la red tras su largo silencio digital, una pausa que le achaca a las presiones sociales que vivió a raíz de la apertura del sitio en octubre de 2010.
“Después de cinco meses me vi obligado a dejar de actualizarlo”, recuerda el autor. “A todos los blogueros, en Cuba, se nos acusaba entonces de cibermercenarios”. Esta situación que llevó a que muchos conocidos le cerraran las puertas o cruzaran “la calle en busca de otra acera” cuando lo veían.
En aquellos años la prensa oficial desplegó una intensa campaña contra la blogósfera alternativa. La televisión nacional le dedicó un capítulo del programa Las Razones de Cuba en el que se sugería que se trataba de “una nueva estrategia en la guerra de Estados Unidos” contra la Isla.
En aquellos años la prensa oficial desplegó una intensa campaña contra la blogósfera alternativa
En marzo de 2011 Sánchez publicó el post Cerrado por demolición en el que se despedía de los lectores. Ahora retoma el espacio digital con la intención de escribir sobre “lecturas, arte, sociedad, la realidad y la imaginación, derechos humanos, y todo lo imprevisible que late dentro de un larguísimo etcétera”.
El también creador de la revista Árbol Invertido ha publicado tres textos en su nueva etapa como bloguero, uno de ellos dedicado al poeta Pedro Alberto Assef, nacido en Ciego de Ávila en 1966 y recién fallecido en un hospital de El Paso, (Texas). En el texto lo cataloga como un escritor auténtico y poseedor de un “conocimiento lírico exhaustivo”.
Otro post reproduce un fragmento dedicado a las figuras de Julián del Casal y José Martí en el libro de ensayos Sagradas compañías que Sánchez escribiera a cuatro manos con su esposa, la ensayista y poeta Ileana Álvarez. El volumen se presentó en la última edición de la Feria del Libro de La Habana en febrero pasado.
“No puedo calmar a nadie ni calmarme anunciando qué va a pasar o de qué voy a escribir mañana. En realidad no lo sé, ni quiero. Solamente estoy atento”, advierte Sánchez a sus lectores.
