Las remesas

Por: Pedro Campos Santos

Las remesas, los viajes, las estadias allá, los envíos de paquetes y los trámites, si bien es cierto que ayudan a mucha gente a sobrellevar la vida bajo la dictadura, también es verdad que reportan enormes beneficios al gobierno en impuestos, cobros y porque el estado es el que controla el cambio de divisas y tiene el monopolio del mercado en divisas de alimentos, vestido, y electrodomésticos.

Según diversos cálculos, todo eso representa entre 7 y 10 mil millones de dólares, posiblemente la mayor entrada del castrismo. En verdad, el anticubano gobierno tiene secuestradas nuestras familias, obligadas a vivir de sus familiares fuera, porque los explota con salarios de miseria e impide la producción privada y cooperativa de alimentos y demás artículos necesarios a la vida, con trabas e impuestos para evitar la competencia y así nos chantajea y explota, negandonos además todos nuestro derechos como cubanos.

Los emigrados deberíamos unirnos para usar toda esa ayuda como un arma de negociación con el gobierno y llevarlo a aceptar de verdad el trabajo libre y privado, el mercado, la inversión de los cubanos de afuera, la libre contratación, la libertad de los presos políticos, la eliminación de las restricciones de viajes a cubanos con otra ciudadanía o sin actualizar el pasaporte, que se eliminen las prórrogas de pasaporte, que permitan la Internet libre y barata, que se elimine la represión contra la oposición y la disidencia y se declaren y respeten los derechos políticos, civiles y económicos del pueblo cubano.

Por nuestras divisiones estimuladas por el castrismo, por los protagonismo personales, hemos sido incapaces de estructurar el amplio frente democrático que nos permita usar esas y otras armas pacíficas para obligar el castrismo a hacer concesiones y acelerar su caída.

EEUU necesita estratégicamente un cambio en Cuba y Venezuela igual que los pueblos de ambos países, para contener y acabar con el populismo neofascista castrista. Esas herramientas poderosas que nosotros no hemos sabido usar, EEUU podría esgrimirlas para lograr sus fines.

Si las van a usar, ojalá que lo hagan dañando lo menos posible al maltratado pueblo cubano que, en definitiva, también quiere, necesita cambios democráticos. Si por las presiones internacionales de todo tipo, el castrismo se viera obligado a decretar las libertades y derechos fundamentales y propicia un gobierno de trancision y posteriores elecciones libres, todas las presiones de EEUU desaparecerían por ley.

Los que no estamos preparados para eso somos los opositores y disidentes.

Acabemos de ponernos de verdad para cambiar las cosas en Cuba, empezando por integrarnos, con nuestras diferencias, en un gran frente democratico.

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