Aznar, Pujol y Arzallus

Estando yo en el colegio, ya me preguntaba por qué Aznar le entregaba Cataluña a Pujol y Vascongadas a Arzallus, y por qué no hacía nada para remediar todo lo que el separatismo estaba jodiendo. Era cuando el periódico «ABC», allá por los 90, justificaba que el Partido Popular pactase con separatistas catalanes y vascos por ser todos dizque de centro-derecha. Los que antes criticaban a Felipe González por sus tratos con Jordi Pujol, luego como lo hacían sus políticos, lo camuflaban a su conveniencia.

Después, tanto Zapatero como Rajoy no hicieron sino profundizar esta política entreguista (que ya empezó Adolfo Suárez).

No obstante, me sigo preguntando si, siendo yo adolescente, al ver a Rajoy con Pujol y Arzallus, y no me lo explicaba, ¿acaso era un servidor más listo de nadie y se daba cuenta de cosas que los otros no se daban?

Por suerte o por desgracia, la respuesta es negativa. No es eso, me refiero… No obstante, mientras se siga «manque pierda» o «hasta la muerte» con las gaviotas y lo que no son los gaviotas, a este sistema injusto que tiene a España contra las cuerdas todavía le queda un buen margen para destruir más.

Pero con todo y con eso, fue Aznar quien le concedió a Pujol plenas facultades para que manipulara el sistema educativo; y como complemento, también le concedió el sacar a la Guardia Civil de la seguridad callejera de Cataluña. Y hasta hoy. Que por más robos que se descubran a Pujol y a su familia (separatistas antiespañoles pero amigos de los paraísos fiscales y de robar dinero a todos los españoles), la vida sigue igual, como cantaba Julio Iglesias.

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