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Y llegamos a Nápoles a bordo del Costa NeoRiviera

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París, 10 de agosto de 2019.

Querida Ofelia,

A la primera luz de la mañana del 20 de julio de 2019, era visible a estribor la Isla de Ischia, conocida como La Isla Verde, la que bordeamos por un mar calmado, para luego acercarnos y avanzar hacia el noreste hacia el Golfo de Nápoles. El acceso al puerto de Nápoles fue sugerente, ya que pudimos observar el Vesubio, símbolo de la ciudad.

Entramos en el puerto alrededor de las 7 a.m. y luego completamos los amarres alrededor de las 8 a.m. Fue un día soleado con temperaturas entre +22°c y +24°c.

Nápoles se levanta a orillas del golfo homónimo, limita al este con la península de Sorrento con Punta Campanella, al oeste con los Campi Flegrei con Monte di Procida, al noroeste con la ladera sur de la llanura de Campania.

Capital de la región de Campania es, por tamaño, la tercera ciudad italiana después de Roma y Milán. Además de sus espléndidos paisajes, Nápoles también debe su merecida fama al encanto de un centro histórico que cuenta 2500 años de historia y fue incluido en 1995 en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Desde el puerto de Nápoles cogimos el autocar que nos llevó a visitar el volcán más famoso del mundo. A lo largo del recorrido hacia el cráter el viaje se transformó en una agradable lección de geología: el guía nos señaló las características geológicas del complejo Somma-Vesubio y nos ofreció una introducción general del Parque Nacional del Vesubio.

El Vesubio es un volcán explosivo que se encuentra inactivo desde 1944. Se encuentra situado al este de Nápoles y su altura alcanza los 1281 metros. Su historia resulta particularmente interesante y su actividad es objeto de un intenso estudio, debido sobre todo a su peligrosidad, dado que se encuentra a tan solo una decena de kilómetros de la capital de Campania y al lado de centros habitados altamente poblados. Al alcanzar los 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar, comenzamos la ascensión a pie hacia el cráter del Vesubio. Al llegar a la cumbre contemplamos el «inmenso vacío » del cráter del Vesubio, así como las magníficas vistas sobre el Golfo de Nápoles, disfrutando de un paisaje único en el mundo.

Este espectáculo natural resulta sin duda una maravilla para la vista que permanece para siempre en nuestros recuerdos. Tras este maravilloso paseo, se nos abre un poco el apetito. Solo nos queda, por tanto, probar las exquisiteces de la cocina del lugar gracias a una degustación de productos típicos del Parque Nacional del Vesubio. El final perfecto a una atractiva experiencia.  Nos detenemos en uno de los talleres artesanales de coral más famosos. La tradición de la elaboración de este apreciado material natural, que se encuentra vinculada a la navegación y pesca, se ha conservado a lo largo de los siglos y sigue produciendo obras maestras de artesanía que resultan únicas y poseen un valor excepcional.

Continuamos rumbo a un destino clásico de gran interés histórico: Pompeya. Esta antigua ciudad quedó, pocos años después de haber resultado dañada por un violento terremoto, completamente sepultada bajo una cascada de lava y cenizas durante la erupción del Vesubio del año 79 d.C. Las excavaciones, iniciadas en el siglo XVIII y posteriormente retomadas durante el pasado siglo, han sacado a la luz restos de inestimable valor, que impresionan profundamente a quienes visitan estos lugares famosos en el mundo entero. 

Nuestra visita  comenzó en la Puerta Marina , a través de la cual se accede al Foro , centro de la vida política y económica de la ciudad. La zona se encuentra dominada por el Templo de Júpiter , de la época romana, construido alrededor del año 250 a.C. en honor a Júpiter, y la Basílica , el edificio público más imponente de Pompeya, que se utilizaba simultáneamente como tribunal y sede para los acuerdos comerciales, edificado entre los años 130 y 120 a.C.  A continuación recorrimos la Vía de la Abundancia, el decúmano inferior de Pompeya. El nombre deriva de un bajorrelieve con función decorativa que se encuentra en una fuente situada en el tramo inicial de la calle, al lado del Foro. Actualmente la vía sigue siendo rica en motivos decorativos y, por ello, representa el camino más concurrido en la visita a las excavaciones. A lo largo de la misma resulta posible contemplar dichos motivos en las casas más bellas, algunas de dos pisos, que pertenecían a la rica burguesía pompeyana.  De hecho, desde aquí llegamos a la Casa de la Caza Antigua, cuya estructura original se remonta a mediados del siglo II a.C. Los refinados frescos decorativos, bien conservados, y la típica estructura en torno a un atrio, no dejan lugar a dudas acerca del elevado estatus social del propietario. Visitamos asimismo la Casa del Fauno, noble residencia privada de considerables dimensiones (3000 metros cuadrados), que debe su nombre a una estatua de bronce que se encuentra en el centro del impluvium, así como las Termas. 

El día anterior habíamos recibido una invitación de parte de la encantadora señorita peruana Claudia Pérez, responsable de Costa Club:

“Apreciados Socios Perla Diamante y huéspedes de la Suite:

Nos complace invitarles como huéspedes* VIP a una exclusive CATA DE VINOS 20/07 – 16:30 en el St. Tropez Restaurante, Puente 6.

La degustación incluirá dos vinos TINTOS, dos vinos BLANCOS, un vino ROSADO o un vino ESPUMOSO procedentes de varias regiones y seleccionados por nuestro experto en vinos/sommelier.

Saludos cordiales,

Guest Relation Manager

Claudia Pérez. »

Junto a nuestra mesa estuvo a todo o largo de la Cata de Vinos la amable y bella responsable de los turistas hispanos, la Srta. Carolina Herrero. Mientras el sommelier explicaba las cualidades de cada vino, ella nos hacía la traducción al español.

A continuación te envío los apuntes que tomé:

Falanghina. Blanco.

Color amarillo pajizo con destellos verdeceos, perfume bien pronunciado con notas de manzana verde y piña verde, sabor seco, lleno de frutas, tiene un punto ácido pero en equilibrio con la estructura. Región Campania. Uva 100% falangina. Graduación alcohólica 13 %.Temperatura de servicio 12 grados.Año 2018.Acompañamiento crustáceos, base de pez, aperitivos, mozzarella di buffala.

Ribolla Gialla Forchir. Blanco

Color amarillo pajizo con reflejos verdes, bastante consistente y perfume elegante con sombras cítricas con sabor seco y ligero. Región Friuli. Uva ribolla.Graduación alcohólica 12%. Temperatura de servicio 10 grados.Acompañamiento: platos a base de pez y aperitivos.Año 2018.

Classic Chianti Rocca delle Macie. Tinto.

Color rojo rubí. Aroma: con frutos rojos, enriquecido con notas picantes con un ligero aroma amaderado. Sabor: cálido y persistente. Región de la Toscana, por la familia Zingarelli. Variedad de uva de refosco del péndulo rojo. Graduación alcohólica 12.5%. Temperatura de servicio 18 grados. Año 2016. Acompañamientos: platos principales como carnes, especialmente con carne roja a la parrilla.

Cannounau i Fiori Pala. Tinto

Hecho 100% a base de uva de cannonau. Color rubí intenso, con una textura violeta. Su perfume es intenso fresco y con un sombreado a fruto rojo y notas de tierra. Su sabor es seco y tiene una estructura dulce. Muy tradicional, tiene el nombre de fábrica antigua. Región Cerdeña. Graduación alcohólica 13.5%. Temperatura de servicio 16.18 grados. Acompañamiento: antipasti de carnes curadas, platos principales con salsas a base de carne blanca y roja sin grana. Con queso. Año 2017.

Prosecco Sant’Orsola Treviso. Espumante

Producido con el método Charmat, dejando un semi aromático aroma a fruta, especialmente pera. Color amarillo pajizo persistente, con finas perlas, sabor semi aromático de fruta, en particular de pera, manzana y melocotón con esencia de flores. Seco y afrutado. Ligeramente más dulce que el Brut. Se deja reposar durante 3 meses una vez embotellado para llevarlo al mercado. Región Veneto (Treviso) hecho por Casa Sant’Orsola viñedos. Uva 100% blanca. Graduación alcohólica 11%. Temperatura de servicio 6/8 grados. Acompañamiento: aperitivos, platos a base de pez o delicados.

Nuestros nietos tuvieron el derecho a asistir a la Cata de Vinos y la Srta. Pérez les sirvió zumos de frutas.

El Costa NeoRiviera zarpó a las 6 p.m. hacia Portoferraio. Durante la salida del Golfo pudimos admirar las hermosas islas Ischia y Procida a  babor y la celebérrima Isla de Capri a estribor.

Los restaurantes de ese día sirvieron platos típicos de Campania.

Campania es tierra de volcanes y por ello acostumbrada a la precariedad, siempre en vilo entre la tragedia y la farsa. Como la figura teatral de Polichinela, la representación de la duplicidad: hombre de ciudad y de campo, sabio y necio, bueno y malo, un dualismo continuo y aún sin resolver. Una tierra generosa pero también áspera, en la que al final todo se solventa, porque en ella la gente se las arregla para encontrar siempre una solución, con alegría.

 
El perfume de los cítricos se mezcla en el aire, dulce, con el aroma intenso del orégano secado en ramilletes y colgado de las vigas de madera. Éste es el reino de la pasta, preparada de mil maneras y aderezada con salsas que exaltan su sabor, como las castellane, pasta de forma redondeada mantecada con chipirones y perejil, o los scialatielli, que deben su nombre a la palabra «scialare» derrochar y «tiella» sartén, en esta ocasión aderezados con tomates cherry al horno, orégano fresco y queso scamorza ahumado y rallado, pero, antes de saborear estos clásicos, nos refrescamos con una tartar de brécol al limón de Amalfi.

Escuché el sonido de las panderetas y vi gente bailando en círculos, escuché ruido y risas y vi hablar y gesticular como en una música de expresiones y un baile de manos. Si se piensa en Campania, una tierra llena de contradicciones, viene en mente la felicidad, el movimiento y el color. La característica principal de los habitantes de Campania es que te hacen sentir como en casa, dándote la bienvenida con la sencillez del calor humano. Los platos, transmiten la misma
alegría desbordante de vivir en la unión de los distintos ingredientes tradicionales: desde mejillones a mozzarella degustada en su verdadera esencia o fundida al horno junto a las berenjenas en estilo parmigiana. Una delicia inolvidable para el paladar. Pero es solo al probar los espaguetis all’amalfitana que se puede decir que se conoce el alma de la cocina de Campania, ya que este plato se inspira en los mariscos de su mar.

Cenamos como cada noche en el elegante Ristorante Club Saint-Tropez. Esa noche nos deleitamos con:

Torta de pez espada y setas con bokchoy salteado

Risotto de mejillones y con tomate cristalizado

Bogavantes a la parrilla

Pastiera napoletana (Tarta napolitana con queso ricotta y granos de trigo con perfume de naranja)

Vino Falanghina Manimurci

Como esa noche fue La Noche Italiana, con fiestas por todas partes a bordo, nos hicieron la sugerencia de que nos vistiéramos con los colores de la bandera italiana; verde, blanco y rojo.

Disfrutamos en Il Teatro Ravello de un bello espectáculo con los más célebres éxitos napolitanos al ritmo de mandolinas, guitarras y panderetas.

Terminamos la velada con “La Notte Italiana” a orillas de la gran piscina.

Mañana te escribiré sobre nuestra escala Propriano (Córcega).

Un gran abrazo con cariño y simpatía desde La Ciudad Luz,

Félix José Hernández.

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