Vivir sin el Vaticano y sin Estados Unidos

Pope Francis arrives to lead his Wednesday general audience in Saint Peter s square at the Vatican September 13 2017 REUTERS Stefano Rellandini

Si desaparecieran las masacres para la paz de EE.UU. y las bendiciones apostólicas desinteresadas y llenas de respeto hacia la humanidad del Vaticano, el mundo entraríamos en una fase totalmente desconocida, lejos de las tensiones y los amores patrios a las guerras.

Porque con los dos citados desestabilizadores mundiales, Francia, Alemania o cualquier país de blancos blanquitos, o con los ojos agüevados, se centrarían solamente en sus asuntos; pero, actualmente, como los dos citados desestabilizadores mundiales viven, sus estados mayores, precisamente de la desestabilización, las prohibiciones y sus directrices facistoides, el mundo nunca podrá tener, con ellos, paz y justicia.

Por no introducirnos mucho en los avatares que protagonizaron las religiones a lo largo de nuestra historia escrita, precisamente por ellos a su gusto, si analizamos desde la denominadas como Bulas Alejandrinas, se puede leer con estupor que el papado de Roma, entiende que las nuevas tierras que llegan al conocimiento de los gentes de entonces, son de su propiedad, y se las cede en arrendamiento a España y Portugal, y si los demás países protestan, mejor que mejor, más dinero y poder para el papado porque ellos no van a las guerras y se limitan a enviar a algún santo desenterrándolo.

Pero el hombre, ese que desde la crónica escrita por los denominados hombres de religión, lo pintan y describen poco menos que como un bípedo con mentalidad de cuadrúpedo con las orejas más chicas, en realidad, estaba mucho más avanzado en el pensamiento que los fascistas, tanto los de religión que se oponían a todo menos a sus acaparamientos y libertinajes, como juntamente después con los años, con los EE.UU. con los que hacen una excelente pareja para dar consejos sociales. Y, entre consejo y consejo, una buena guerra donde mueran los que ellos entienden son gentes innecesarias; no como ellos.

Cuando gente como el jurista de los Países Bajos, corriendo los primeros años del siglo XVII, habla, escribe y propone la libertad de navegación en los mares, y ya determina la igualdad de la extensión marina del denominado mar territorial, semejante comunismo igualatorio, nunca fue bien visto ni por la religión en un primer envite, ni más tarde por los citados EE.UU. Porque todo lo que no pase de salida por sus manos, no vale.

Y lo peor de todo, es que existe un abuso de poder constante entre el amasijo EE.UU.-Clero Católico, uno con el poder de las armas, el otro con lo mismo y con el de las finanzas, que indiferentes a posible futuro de la humanidad, entienden que con ellos el planeta ya está en la estación en la que tenía que estar. Y su política de julepe para todos, a ellos les da igual, porque el dinero fácil, el recurso fácil, produce aburrimiento. Y el aburrimiento merma en mucho las ansias de vida para el momento, y poco o nada para pensar en el futuro.

Y por eso resulta paradójico y cruel, que haya vencido la mentira de un modo tan contundente a la verdad de lo acaecido. Y así, cuando la pareja Usa-Vaticano, publicitan que nunca el mundo ha dispuesto de tanta libertad individual, cualquier estudioso sabe perfectamente que todo aquel amago de que los pueblos, las gentes, pudiese vivir con opinión y libertad propia manada desde el seno de ellos, que en principio gozó del apoyo de los reyes españoles como Fernando de Aragón, que les tomó bien el número que calzaba el clero católico y lo tenía arrinconado en sus latinajos; en cuanto pudieron, que fue pronto, se desquitaron a su gusto, y no hubo asunto que no tuviera que pasar por sus santas manos.

Y con el paso de los años, el nacimiento de un país de los de la mano en el pecho invocando su concepto de pueblo elegido, se amasó con ellos. Y la masa resultante Usa-Vaticano, dan un pan de guerra y desolación diaria a nivel planetario.

Salud y Felicidad sin Otan. Juan Eladio Palmis.

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