-Artículo de Francisco Núñez del Arco
Analicemos lógica, racional y sobre todo sana y conscientemente los resultados del sistema político que rige sobre nosotros desde hace casi dos siglos: la República del Ecuador. Haciendo las sensiblerías, los lirismos, las zalamerías y los fanatismos a un lado. HABLEMOS DE RESULTADOS.
¿La República del Ecuador ha generado mejores condiciones de vida, un perfeccionamiento, un embellecimiento o una mejoría, una elevación de laexistencia en general para sus habitantes en estos dos siglos? ¡No! ¡Rotundamente no! Todo lo contrario, los ha rebajado , degradado y llevado de un fracaso a una pérdida y una quiebra anímica, moral y material; una tras otra y tras otra, permanente e indefinidamente.
Cualquier emprendimiento, empresa (en su sentido más clásico), sistema de organización, que solamente genera pérdida, y una pérdida tras otra de forma permanente, es simplemente inviable, insostenible, es una enfermedad, una anomalía. ¿Se imaginan que una empresa quebrara 22 veces consecutivas de forma oficial y tantas otras extraoficialmente? ¡Sólo a un loco se le ocurriría volver a intentar ponerla en marcha! Bien se ha definido a la locura como realizar lo mismo esperando obtener diferentes resultados. Pues, esas han sido las veces que oficialmente nuestro sistema político ha quebrado moral y materialmente con la elaboración de un modelo distinto de gobierno político llamado constitución para intentar solucionar lo que no tiene solución.
A cualquier sistema de organización, operativo, de administración que fracasara rotunda e indiscutiblemente una vez tras otra en un período tan prolongado de tiempo simplemente se lo descartaría y de hecho, se buscaría compensación y satisfacción de sus creadores por las pérdidas ocasionadas gracias a sus embustes, timos y estafas. ¿Por qué a la república se le sigue dando oportunidades? Hacerlo no es lógico, no es racional, no es consciente y no es sano. Aferrarse a ella es un signo de marcados intereses de los pocos usufructuarios parásitos de la misma, de un claro desorden psicológico, y de una indiscutible enfermedad anímica, o de las tres cosas simultáneamente.
Lo sano, consciente, lógico y racional es buscar otras alternativas que puedan dar solución a los graves problemas que tenemos. No nos atemos a las pérdidas, las quiebras y a los fracasos institucionalizados en la república como tal.
Es hora de superar a la república, es hora de hacerlo. Por la verdad, la consciencia y la salud común, la República del Ecuador debe ser superada.