Thomas Piketty o como tener razón y estar al mismo tiempo completamente equivocado

Veamos lo que ha hecho Macron. El impuesto sobre el beneficio de las empresas va bajar en Francia de 33 al 25 por ciento. Por el lado del impuesto a los ingresos personales, en lo que concierne los intereses y los dividendos se ha creado una tasa limitada al 30 %. En lo que concierne a los ingresos, la misma es del 55%, o sea que, la gente pagará 45% de impuestos sobre sus salarios, y 10% de la CSG (Contribución Social Generalizada), mientras a los intereses y los dividendos se les ha fijado un tope de 30%. Quiere esto decir que si usted va ganar 100, 200 o 300 mil euros, no lo sé…

(Mucho más, mucho más se burla el animador)
Su impuesto es de 55%, ¿estamos de acuerdo? Mientras que el de los intereses y los dividendos seguirá siendo de 30%. A mí me parece muy bien. Se pueden bajar todos los impuestos. Estoy a favor de eso; sin embargo, ¿a santo de qué se consideramos su salario de 300 mil euros tiene menos valor que 300 mil euros de intereses y dividendos?
¿Por qué esa diferencia dentro de un mismo impuesto? Se está rompiendo la igualdad. Me parece muy grave lo que está pasando. El tercer punto es que se suprime el Impuesto sobre la Fortuna. Esto es una carrera hacia el dumping fiscal que beneficia al sector más móvil de los ya de por sí más favorecidos.
Para que tengáis una idea, porque todos esos números que acabo de mencionar pueden parecer muy abstractos. Este año, aquí en Francia, con esas medidas, Macron acaba de rebajar el equivalente de 5 o 6 billones de euros para el 1 ó 2 por ciento a los franceses más ricos. Esta cantidad representa la mitad del presupuesto total de las universidades y de la enseñanza superior en Francia que es de 13 billones de euros. Pero hay que saber que en estos últimos 10 años, este presupuesto se ha quedado casi estancado, sin que se haya tomado en consideración que la cantidad de jóvenes que acceden a los estudios superiores ha aumentado de 20%, lo que hace que el gasto medio por estudiante, o sea la inversión que hace la nación por cada estudiante, haya bajado del 10% en ese mismo tiempo.
¿Era el momento de regalar esos 6 billones de euros a los contribuyentes que pagan el impuesto sobre la fortuna, que son personas mayores en su gran mayoría…?
Es el mismo reproche… (intenta intervenir Rouquier)
Se trata de personas cuyas edades oscilan entre los 50 y 70 años. No tengo nada en contra de estas personas, pero hay que tener claro que si queremos apostar por el futuro, esta estrategia no es la más acertada.

Salir de la versión móvil