Invitado por los amigos peruanos Américo Vera y Jeffrey Kihien, pudimos hablar acerca de cómo el odio a España ha sido inoculado en el Perú especialmente desde el sistema educativo y los medios de comunicación. No obstante, hay que reconocer que no estamos ante un problema exclusivamente peruano, sino de todo el mundo hispánico, empezando por la misma España oficial que es la primera que fomenta y hasta financia la versión oscura de su historia. De hecho, Perú y España tienen muchas cosas en común con respecto a las contradicciones, la baja autoestima o el complejo de inferioridad.
Como dice Iván Vélez, los separatismos (anti)españoles son nuestros indigenismos. En toda la hispanidad se sigue la misma agenda disolvente, esto es, relativizar y anular lo mucho que nos une e inventar y potenciar los llamados “hechos diferenciales”, expresión que conocemos especialmente en Cataluña y Vascongadas, aunque también en Galicia o incluso en Andalucía. Como la lucha de clases ya no cuela, hay que inculcar tanto relativismo como rupturismo; la idea del “hombre nuevo” desligado de sus raíces, de sus tradiciones. Primero se miente sobre sus raíces y luego es más fácil arrancarlas de cuajo.
En el Perú, así como en muchos países hispanoamericanos, se “enseña” en los libros de texto que los criollos estaban discriminados y no tenían cómo acceder a puestos de relevancia, que la conquista fue un proceso de opresión que duró 300 años… Se enseña a odiar a España y lo español como un enemigo terrible que siempre está a las puertas para invadir. Algo no muy diferente del “Espanya ens roba” del pujolismo o de la educación controlada por la oligarquía separatista vasca, donde España y lo español es un enemigo en la misma España; o Feijoo en Galicia (del Partido Popular…), hablando de su región como una “nación sin estado” y prohibiendo la educación en nuestra universal koiné.
De todo ello y un poco más tratamos. ¡Pasen y vean!
