Se va Montalbán Carrasco, un embajador al servicio de la dictadura y de espalda a los españoles de Cuba.
Durante su estancia en La Habana se quedan pendientes 80 mil expedientes ya resueltos de nacionalidad española. Nada se hizo para sanear la corrupta ‘representación’ de los españoles de Cuba, entre las manos de Agentes de la dictadura de los hermanos Castro desde hace años.
El embajador se ha hecho célebre por las cenes que organiza en la embajada y por servir de intermediario a las empresas españolas que hacen negocios con la dictadura, explotando de paso a una mano de obra esclava.
Las citas electorales, dos elecciones Generales, dos autonómicas, registraron los índices de participación más bajos de la historia; sin olvidar la del Consejo de Residentes Españoles (CRE) que se quedó entre las manos de un de Don Carmelo, cuya gestión cuestionan hasta las moscas de los comedores.
Aplaudido por sus corifeos
También asistieron el cónsul general de España, Carlos Pérez-Desoy Fages, y otros cargos diplomáticos, así como Julio Santamarina, presidente de la Federación de Asociaciones Españolas en ese país.
Juan Francisco Montalbán agradeció a todas las sociedades españolas y al CRE el apoyo incondicional que desde su llegada le ofrecieron y el respaldo a todas las actividades con la emigración. Calificó de valioso el aporte de los jóvenes españoles en el diario quehacer de las sociedades en Cuba.
El presidente del CRE en Cuba, Carmelo González, dijo a ‘Crónicas de la Emigración’ que con la partida de Juan Francisco Montalbán se marcha de la Isla un gran amigo del pueblo cubano, muy querido por la emigración española, quien siempre será recordado por sus valiosos aportes y contribución a la amistad entre ambos pueblos, y a la consolidación de la emigración española en Cuba.