SALVE, ITÁLICA
¡Salve, Itálica!
Feliz madre de césares,
cuna de Trajano y Adriano,
cual sol invicto que extendió
el mundo conocido bajo
los estandartes del
senado y el pueblo de Roma.
¡Salve, Itálica!
En clave basilical y termal
respiran tus imponentes mosaicos,
invocando una ancestral cosmogonía,
cuyos influjos elevados se dejan ver
a través de tus inmortales
cipreses y acebuches de sabia forma.
¡Salve, Itálica!
Tus piedras hablan a través
de la esencia de la eternidad.
Colosal como tu anfiteatro,
renace de tus cenizas y vuelve
a hablarnos, proyectándonos
nuestra esperada vocación. ¡Ahora!
–Antonio Moreno Ruiz