¡Salve, familia hispana!

Europa se queda sin vida.
Sinceramente, me importa muy poco.

No está nuestro porvenir
entre las contradicciones
de tus telarañas.

Nuestro porvenir
no va contigo.

Nos quedamos sólo
con tu parte románica.

¿El resto?
«Mejor será no meneallo».

Nuestra América está malherida,
mas aún tiene juventud,
frescura… ¡Algo!

El realismo mágico
es nuestra realidad.
Asumámoslo,
y luchemos juntos,
para cambiar las cosas.
¡Juntos!

Nada exótico hemos de procurar.
Tenemos más de lo que pensamos.
¡Potencial!

La geopolítica natural
nuestra, la que nos espera,
la que nos anima,
y tiene un preclaro nombre:
¡Hispanidad!

¿Europa?
¡Me aburre!

Si nuestra realidad,
gasta esa «magia»,
utilicémosla con chispa,
hasta reponer
lo que nos malograron.

¡Salve, familia hispana!

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