El pacto de gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias apesta a una República Bolivariana de España cual Frente Popular redivivo. Pero no perdamos de vista otro plausible escenario: Esto es, una «Segunda Transición». Ello se daría con Sánchez haciendo el paripé ante Iglesias. Al dejar que Podemos maneje hilos de gobierno y que Vox se afiance como única y real oposición, volver a la estrategia de la tensión que tan buenos frutos dio en Italia y España en el pasado reciente: Una estrategia de la tensión 2.0; del miedo (con un montón de atentados sin resolver, cuanto menos, sospechosos…) al Partido Comunista de España por un lado y a Fuerza Nueva por otro, al miedo a Podemos y Vox. Y mientras tanto, el cosmopolita/apátrida Manuel Valls, lacayo afrancesado, abanderando un gobierno de «consenso» donde participarán PSOE y PP, y quizá Ciudadanos, aunque éstos ya no hagan falta.
Por cierto que en este escenario, la balcanización de España y Portugal está más que garantizada, diluidas ambas entidades políticas en una dizque «república federal», así como prueba piloto para un «federalismo europeo» cercado por el islamismo (recordemos que ya en 2030 los musulmanes serán mayoría en Holanda y es posible que Bélgica también. A partir de 2040, Francia también entraría en esta órbita) y liquidando todo atisbo de eso que llaman soberanía nacional.
Sí, parece muy conspiranoico, pero no lo descartemos al 100%. Y no lo descartemos porque este es el peor de los escenarios. Sí, peor todavía que el de una república bolivariana; porque dentro de un chavismo ibérico, al menos las cosas quedarían claras. Pero cuando se juega en la ambigüedad y en las mentiras sibilinas, ahí se traga con sapos y culebras y los efectos son devastadores. Desde la «Primera Transición» a los concilios y sínodos, a las pruebas me remito.
Sea como fuere, sí o sí hay que prepararse para resistir. Hoy más que nunca, no hay más geoestrategia y geopolítica que la Hispanidad, y los poderosos lo saben. Por eso nos tratan como un todo para destruirnos, siendo así en Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil o España. Del Foro de Sao Paulo al Grupo de Puebla, con Cuba y Venezuela manejando el dinero del petróleo y de la droga, creando gigantescos campos de concentración a su espantoso antojo. Así, tratémonos como un todo, pues, para combatir y renacer, afirmándonos como nosotros mismos frente a la globalización. Todavía estamos a tiempo.