Suena la ranchera mexicana,
sabiendo de contundencia y melodía,
adobando el rasgueo guitarrero,
con perfume de trompeta bravía.
Hija de los centauros del interior,
que la mar cruzó con atrevimiento,
vistiéndose de charra enamorada,
sus mejores galas siempre luciendo.
Los más entrañables recuerdos,
custodiados por la memoria abuelera,
transmitido entre generaciones admiradas,
por los sonidos de mexicana solera.
Lengua de chumbera y paladar de tequila,
espuelas doradas para botas inquietas,
cuadro arrebatador de luz mestiza,
¡México! ¡Nueva España! ¡Ranchera!