«El retorno a la tradición cristiana es en el Occidente la vuelta a la Iglesia de Santiago, como para Oriente lo sería la Iglesia de San Juan. Nosotros lo simbolizamos en el caballero que va a defenderse bajo la cruz del Apóstol e invocando su nombre. Porque ser es defenderse. Todo lo que vale: la fe, la patria, la tradición, la cultura, el amor, la amistad, tiene que ser defendido, para seguir siendo. No hay vacaciones posibles ante la necesidad de la defensa. Esas islas afortunadas donde los hombres pueden dormir a pierna suelta, sin preocuparse del mañana, no son más que un sueño de pereza. Ser es defenderse y los maestros de la defensa son los caballeros. Esa es su función y su razón de ser.»
–Ramiro de Maeztu (editorial de la revista «Acción Española»)