Que se bañe con su pullover del Che, oyendo a Silvio, y luego utilice la bandera de toalla

Edificio Reina 109, último aviso a las autoridades responsables.


Prometieron atención especial a este caso, prometieron tres pipas de agua a la semana para llenar la cisterna, prometieron hacer un “levantamiento” para acabar con las irregularidades dentro del edificio, ladrones de agua, exceso de tanques de almacenamiento que amenazan con sobrecargar el inmueble y afectar su estructura so pena de multas, prometieron, prometieron, prometieron…

De eso hace ya más de dos meses.

Durante el mes de enero solo se puso el agua tres veces sin la fuerza necesaria para llenar los tanques de reserva, febrero va por tres también. El personaje que vivía en condiciones ilegales y se ocupaba de la administración del agua fue cambiado de estas funciones, pero no ha sido molestado y sigue allí.

Corrupción, una encargada del consejo de vecinos que no da la cara, vive en el primer piso y tiene exceso de tanques que se llenan sin problema antes de subir el agua a los dos pisos superiores.

Gente desesperada, nadie hace nada. El nuevo encargado del agua dice que no se llena la cisterna hasta el nivel necesario en toda una semana, caos, comer en la calle, algunos orinan en los balcones, defecar en bolsas de nylon o papeles de periódico, suciedad en la escalera, en fin. Mi compañera no ha podido trabajar, sus nervios empiezan a colapsar, nuestro niño de siete años ha faltado a la escuela varias veces pues tienen que emigrar una y otra vez hacia mi casa en otro barrio lejano.


Ni un solo periodista de nuestro “Sistema Informativo” menciona el caso, demasiado ocupados en reportar la última visita de un alto dirigente a una fábrica maltrecha o un campo que produce hortalizas sólo en el noticiero.


La pregunta es ¿Hasta cuándo?, vivir como animales. Esta vez no voy a suplicar atención ni a encontrar soluciones, sólo queda la opción del estallido. Advierto a las autoridades pertinentes. Cuando aparezca el letrero, suenen las cazuelas en la calle o se aparezca un grupo de vecinos a buscar agua al Hotel Manzana o a los otros que sí tienen agua las 24 horas no vayan a acusar a nadie de “estar al servicio del enemigo” es, simplemente, que las autoridades no están al servicio del pueblo.


Esta mañana nuestro niño pequeño nos ha dicho: “compremos un pasaje y vayamos a vivir a otro país”. Triste pero no tan desacertada es la inocencia infantil. La esperanza es lo último que se pierde, dicen. Tal vez estamos en el final del final.

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