Progres (IV): La libertad de expresión de Manu Sánchez y el nacional-islamismo

-Por Antonio Moreno Ruiz

Según Manu Sánchez, hay que respetar la chirigota que se mete con Ortega Lara porque la libertad de expresión es sagrada. Sí, sagrada para meterse con un hombre que fue secuestrado y torturado por los separatistas y comunistas de ETA. Pero… ¿y si una chirigota osase meterse con Blas Infante Pérez de Vargas, la Pasionaria o Santiago Carrillo? ¿O con el Che Guevara? O ya puestos, ¿con el mismo Kichi y su señora Teresa Rodríguez? ¿También se apelaría a la libertad de expresión?

Gracias a Dios en Andalucía no ha prendido el separatismo, pero vive Dios que lo han intentado a base de «hechos diferenciales», con un indigesto nacional-islamismo progre. Pero lo cierto es que si los bereberes y los árabes que conquistaron Spania hubieran sido cristianos, a día de hoy no se hablaría de Al Andalus como un paraíso (que no existe más que en sus manipuladoras mentes); de la misma forma que nos han borrado de nuestra historia a godos y bizantinos (con estos últimos vinieron tanto griegos como sirios y etc.), y así como también nos han ocultado el pequeño exilio de bereberes cristianos que hubo en la Península Ibérica cuando las tropas musulmanas conquistaron el norte de África, al alimón de otro exilio gaélico que vino huyendo de los civilizadísimos paganos nórdicos.

Y es que el mentado Manu Sánchez es un gran intelectual que sitúa a Séneca en Al Andalus y dice que en Al Andalus no hubo yihad. Dice ser un gran defensor de la cultura andaluza… ¿Pero en el amor a la cultura andaluza y la memoria histórica no entra la reivindicación de José María Hinojosa, poeta de la Generación del 27; o del gran dramaturgo Pedro Muñoz-Seca; fusilados ambos por el Frente Popular?

Los que hablan de «memoria histórica» dirigida por un Estado que controla «delitos de odio» apelan a la «libertad de expresión»…

Asimismo, la mentada Teresa Rodríguez (ahora separada de Podemos, mas no de Kichi) salta con que hay que combatir el amor romántico por patriarcal, opresor, fascista y todo eso. ¿Habrá entonces que censurar a Bécquer justamente en el año becqueriano? ¿Y cómo concuerda eso con una reivindicación desmedida y farsante sobre el legado islámico como pretendido «motivo separatista andaluz»?

Ni ellos mismos se creen sus postureos y estafas ideológicas. Todo más visto que el tebeo. El problema es que estamos en una dictadura de facto y ahora Pablo Iglesias pasará a controlar el CNI:

Ya veremos la libertad de expresión que nos aguarda…

P.D.: Por cierto, a ver si algunos «cráneos privilegiados» del centro y el oriente andaluz dejan su odio a Sevilla y, de paso, también dejan de acusarnos a los sevillanos de «centralismo». Porque no casa mucho eso de «centralismo sevillano» con sombreros cordobeses y chirigotas gaditanas.

*Recuérdese:

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