¿Privatizados los ómnibus urbanos?

Según palabras del conductor (y del chofer que se sumó a la plática), las guaguas son prácticamente arrendadas a los trabajadores

 

Ya me había llamado la  atención en los ómnibus del transporte urbano la presencia del antiguo “conductor” (aunque quien conduce sigue siendo el chofer). La función es ignorar la alcancía y entregarle el importe del pasaje. Curiosa como soy, conversé con uno de ellos y me enteré de algo que nuestro informativo periódico Granma no ha recogido.
Según palabras del conductor (y del chofer que se sumó a la plática), las guaguas son prácticamente arrendadas a los trabajadores, pues ellos deben correr con el arreglo y las piezas de repuesto, que los chinos no mandan pues el Estado no paga, pero si se rompen, ellos no cobran, por lo que de manera oficiosa la Empresa de Òmnibus ha transferido el problema a los choferes. Lo del conductor es que se ponen de acuerdo, como el chofer no puede estar al tanto del pago, otro trabajador de la base (chofer él también), es quien se ocupa de velar por el cobro puntual de cada pasajero.
Del porciento que les corresponde, deben reservar una parte para los arreglos del ómnibus. Un porciento muy menor al que exige la Empresa, que se queda con más de la mitad, se quejan mis interlocutores, y se quejan más:
–Lo único que sale en el periódico son las quejas de la población, pero de lo que estamos pasando nosostros, nadie habla.
Les pregunto por la música. Se ha hecho normal que en todas las guaguas haya música del gusto del chofer. Estos de hoy, llevan música romántica.
–A mí me gusta la timba y algunos reguetones, pero esta música tranquiliza, si con esta me busco líos, imagínese si le pongo esa otra.
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