Plurinacionalidad de España ¿Llegó la hora de Cuba y de Puerto Rico?

El federalismo bajo cualquiera de sus formas y ropajes, es una vieja serpiente de mar peninsular.

El líder del PSOE acaba de imponer una nueva corriente ideológica que dará mucho de qué hablar a los tertulianos de Libertad Digital: La ‘plurinacionalidad de España’.
En efecto, según Sanchez (por que que nadie daba un centavo hace dos meses), para ser una nación basta con tener un ‘sentimiento’ nacional. Por esa razón, acaba de introducir una enmienda, -elogiada por los socialistas catalanes y, respaldada ampliamente por los delegados del partido-, para que esa noción (que él defendió personalmente durante las primarias) se convierta en doctrina socialista de manera oficial.
El federalismo bajo cualquiera de sus formas y ropajes (España de naciones, plurinacionalidad…), es una vieja serpiente de mar peninsular. Aunque no se lo recuerde lo suficiente, fue objeto hasta de una Constitución escrita pero no promulgada en 1873. Se trataba de un proyecto de Constitución para la Primera República Española redactado por Emilio Castelar. Como dijimos, nunca llegó a ser aprobado por las Cortes pero su fantasma vive. Hoy hemos tenido la prueba fehaciente de su materialización, tal y como lo consiguió en el quinto tomo el malvado brujo de Harry Potter.
Hoy, el Federalismo se agita como la varita mágica que podría solucionar los graves problemas introducidos por el separatismo catalán. ¿Olvidan los sesudos combatientes por la destrucción de España, que esta idea nunca consiguió que los cubanos depusieran las armas en 1868, al contrario? ¿Hay una razón para que los catalanes se conformen con lo mismo 150 años después?
No es casualidad que sea el Secretario General del Partido Socialista Catalán, Miguel Iceta, uno de los principales defensores de esta propuesta (y principal valedor de Sánchez en Cataluña), se felicitase hace un rato en Twitter porque el PSOE había «dado un paso más en su propuesta de reforma constitucional federal». Ya a su llegada al Congreso, el líder del PSC manifestaba: «La idea de nación tiene que ver con el sentimiento, tenemos que encontrar una manera de que los diversos sentimientos nacionales que hay en España se encuentren recogidos en la Constitución, encontraremos la fórmula más adecuada para hacerlo».


 
Sin embargo, a río revuelto ganancia de pescadores. La mayoría de los cubanos, no quería independizarse de España, querían las reformas, que por mucho que digan los historiadores oficiales comenzaban a funcionar a partir de 1899 con el Gobierno Autonomista. De no haber sido por la intervención norteamericana, deseada a apoyada activamente por los ‘patriotas’ cubanos, sin lugar a dudas, la isla hubiera seguido siendo española hasta hoy.
En el caso de Puerto Rico la situación, cuya soberanía radica en el Congreso de los EE.UU. podría solucionarse aún más rápidamente si existiese algún tipo de voluntad política desde la Moncloa.
La historia republicana, el castrismo y el colonialismo (en el caso de Puerto Rico) han acabado con las ilusiones de la población que podría reconectarse con sus raíces peninsulares si el Partido Socialista llegase a imponer el Federalismo y una nueva Constitución. Las ventajas de una Cuba y Puerto Rico otra vez españole saltan a la vista de cualquiera que se detenga un instante a reflexionar.
La reunificación con España permitiría una transición  pacífica hacia la social democracia, sin pérdida total de los avances sociales alcanzados en ambas islas. Un desarrollo económico sostenido por una economía en crecimiento constante, una moneda fuerte, la libertad de viajar, producir y crear sin trabas y por último, la expresión democrática nacional dentro del conjunto más vasto y estable que es Europa.
Pero no soñemos, una España Federal, aun querida por los líderes socialistas desde Felipe González hasta Pedro Sánchez, no es para mañana, ni podría conseguir, dado el estado de descomposición ideológica de una gran mayoría de españoles, el ‘encaje’ de Cataluña, ni mucho menos el regreso de Cuba y Puerto Rico.

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