Pisarello y los poetas

No hace mucho, en un “debate” (1) de La Sexta, el político Gerardo Pisarello -de Podemos y famoso por su odio a la bandera española- le espetaba a Iván Espinosa de los Monteros -de Vox)- que él era nieto de andaluces republicanos y que había crecido leyendo a Federico García Lorca y Miguel Hernández, y así, no quería una España que estuviese en blanco y negro. Para Pisarello no querer una España en blanco y negro, quizá habría que recordarle que más bien le valdría no seguir una ideología del siglo XIX que ha provocado más de cien millones de muertos a través de sus sangrientas y desastrosas dictaduras. Sea como fuere, yendo a lo que dice el propio Pisarello, no sabemos si sus abuelos andaluces eran fervientes lectores, pero del gusto de la literatura por el político hispanoargentino en cuestión, ha de dudarse. Y decimos que ha de dudarse porque, o bien Pisarello no ha leído ni a Lorca ni a Hernández, o si los ha leído, no ha entendido nada. Tanto Lorca como Hernández (que entre ellos no se llevaron demasiado bien) eran defensores de la tauromaquia como expresión de la cultura popular española y se enfrentaron a los antitaurinos de su tiempo; que de hecho el antitaurinismo antaño no fue “popular” como tal, sino que era esbozado por minorías elitistas, muchas veces pertenecientes a la nobleza o al alto clero; cuyo “antitaurinismo histórico” (que tenía un nivel) nada tenía que ver con el animalismo como enésimo apéndice del marxismo cultural.

Otrosí, con la férrea censura progre impuesta por la dictadura «cultural» que impera en España (2), Miguel Hernández no habría podido publicar, pues aparte de su defensa de los toros, no sabemos si el ente pancatalanista/anexionista (instalado desde los tiempos del Partido Popular) le hubiera dado facilidades para publicar en castellano; así como no sabemos si el «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Lorca hubiera sido censurado por los animalistas o, ya puestos, el gran vate granadino hubiera sido acusado de “homófobo” por la “Canción del mariquita”. 

Así, nuestros castrochavistas de cabecera intentan manipular al estilo de su desmemoria histérica y pretenden encima sentar cátedra de superioridad moral; pero no hay más que leer para darse cuenta de la gran estafa que suponen. Y reiteramos: Al estafador se le desenmascara; no hay que perder el tiempo con otras cosas.

Por cierto, ya que a Pisarello le gusta recordar la militancia republicana de sus abuelos, le recordamos que en la Argentina hubo un gran exilio carlista que duró hasta finales del siglo XIX, y que por culpa del limbo legal y la pesadez burocrática del estado español, mucha gente con sangre española no puede acceder a la nacionalidad de sus antepasados. No eran “más españoles” ni “más exiliados” los republicanos del 39 que los carlistas o los liberales progresistas como para que tengamos que estar con leyes sectarias que otorgan nacionalidades partidistas y se prestan a descomunales fraudes. Pero los dizque “defensores de la igualdad” al final son los más exclusivistas.

 (1)Entrecomillo porque más que un debate, aquello parecía una organización de todos contra Iván Espinosa de los Monteros/Vox.

(2)Y no es algo que venga de ahora… Ya en 1976, sólo un año después de morir Franco, Solzhenitsyn pudo comprobar el “estado cultural” de España:

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