En junio de 2021, Perú se encuentra en una encrucijada electoral, económica y geopolítica bastante complicada. Buena parte del pueblo peruano siente lógica zozobra tanto por el presente como por el futuro. La situación es de una coyuntura electoral reñidísima, con una grancarga geopolítica y económica. El Foro de Sao Paulo ya prepara la resaca de su botín, pues no en vano, el Perú es probablemente el mayor bastión anticomunista de Sudamérica, sin desmerecer a Colombia.
Asimismo, Perú es un país riquísimo en minería, gas y petróleo; como también lo es en coca. Es la guinda del pastel de aquellos que, con espionaje cubano, están saqueando Venezuela a placer y hacen suculentos negocios de Bolivia a México. Total, de toda la violencia y el saqueo que ello genera, siempre podrán culpar a los conquistadores españoles según su selectivo indigenismo…
En estos días de junio de 2021, sin embargo, Perú se debate entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo. Los análisis simplistas dirán que la mitad del país es fujimorista y la otra mitad es comunista, pero en absoluto es así. De hecho, en la primera vuelta, ni Keiko ni Castillo llegaron al 20% de los votos. Además, la saga de los mandatarios peruanos que han acabado encarcelados e inhabilitados es una carga pesada para un pueblo que está harto y que, aun así, siempre renace de sus cenizas.
Con todo, si bien el partido Fuerza Popular de Keiko Fujimori puede pasar por una suerte de derecha populista-indefinida, sus apoyos han sido de los más variopintos, pues desde parte de la izquierda caviar a la derecha más tradicional, se han unido para apoyarla por miedo a que el Perú caiga en el comunismo. Y es que, si bien no todos los votantes de Castillo son rabiosos marxistas, también es cierto que detrás de Castillo está Cerrón y toda su cúpula de admiradores de Cuba y Venezuela. Asimismo, está el Movadef, esto es, los restos políticos del terrorismo de Sendero Luminoso, que aún sueñan con resucitar a Mao e implantar una dictadura semejante en Perú; y los etnocaceristas de Antauro Humala, que propugnan un racismo cobrizo…
Así las cosas, ¡pasen y vean!