Los orígenes de la otrora provincia La Habana, una parte se transformó en la actual Mayabeque con sus 11 municipios, estuvo en la presencia de los inmigrantes provenientes de varias regiones españolas.
Aunque hoy la zona cuenta con tradiciones, historias y leyendas propias, muchas de ellas tienen su basamento en las costumbres de familias asentadas en la región que laboraron en la agricultura y la pesca, dejando fuerte huella cultural con aportes de su música, bailes, guateques, estudiantinas, festividades artísticas y religiosas.
Si en Nueva Paz los primeros pobladores llegaron desde Asturias, Galicia y Canarias, en Madruga, Quivicán y Jaruco predominaron los de esa última región, mientras que en Bejucal sus primeros pobladores provenían tanto de Canarias como de Andalucía y Don Juan Núñez de Castilla, fundador del pueblo, alcanzó incluso el Título de Marqués.
VITAL PRESENCIA EN BATABANÓ.
El puerto de Surgidero de Batabanó logró convertirse el 12 de octubre de 1773 en el primero del país que declararon de Libre Comercio, tanto por el trasiego de mercancías como de personal, fue la primera instalación portuaria hasta donde llegó el ferrocarril y fondeadero para las primeras embarcaciones de mallorquines que se dedicaron a la pesca de esponjas en Cuba, labor que más tarde creció tras la llegada de inmigrantes de Islas Canarias y las Baleares. Muchos de ellos arribaron acompañados de sus familias, pero la mayoría formó la suya propia en la pequeña localidad costera del entonces Sur habanero. Por eso Batabanó y en especial Surgidero posee arraigadas costumbres religiosas, gastronómicas, pesqueras y culturales traídas desde Europa, que al fundirse con lo autóctono del lugar crearon tradiciones de las que sus habitantes se sienten muy orgullosos.
Fuente: Mayabeque