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París confinado y bajo Toque de Queda

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Foto: Les Champs Elysées de París iluminados por la Navidad, pero bajo Toque de Queda.

París, 23 de noviembre de 2020.

Querida Ofelia:

¡Qué año este 2020! Es uno de los tres peores de mi vida, los anteriores fueron el 1959 y el 1980.

1959

Como bien sabes en febrero de 1959 tuvimos que mudarnos de Camajuaní hacia La Habana con algunas pertenencias en dos cajas de cartón, mis padres sin trabajo y con una fortuna personal de sólo 45 pesos. Sobrevivimos gracias a la solidaridad familiar y algunas personas que se convertirían en grandes amigos. Poco a poco “volvimos a ser gentes” como decía mi madre.

Uno de mis más tristes recuerdos ocurrió durante el recreo en el Plantel de La Ceiba en Camajuaní. Yo estaba en quinto grado. Al regresar de las vacaciones de Navidad, un niño me empujó por la espalda al piso, me dio una patada por el vientre,  otro me golpeaba, mientras yo me protegía la cabeza. Al mismo tiempo me gritaban: “tu padre es un esbirro”. Por suerte Cuquita, la señora de la limpieza, me salvó del linchamiento. Me llevó a la oficina de la directora y allí me curó las palmas de las manos y las rodillas con mercurocromo y un polvito blanco. Al regresar al aula ya el recreo había terminado. Mi maestra, la Sra. Veneranda Rojas, se dirigió a los alumnos y les dijo: “los niños no tienen la culpa de lo que hayan hecho los padres”.

Regresé a casa en bicicleta con el Sr. Torres, padre de María Elena, ella iba siempre en la parrilla de atrás y yo delante. Llegué a casa llorando. Ese fue mi último día de escuela en el querido pueblo donde vi la luz.

A mi padre lo habían encaramado en la tristemente célebre Tribuna en el portal de la que había sido la Jefatura de Policía y allí la plebe, lo insultó humilló escupió etc., al igual que a numerosas personas acusadas por aquella plebe revolucionaria, de ser simpatizantes del régimen que acababa de caer. Pero mi padre sólo había sido policía desde hacía 22 años y no tuvo ningún problema con la “justicia revolucionaria”.

En mayo de 1981, fui a Camajuaní y recorrí todos los lugares de mi infancia: el parque, el parque infantil, el charco (manantial) de Ismael, la finca de los Riestra, el despalillo, el río, el puente de las Yaguas, el Central Fe, la Casa de Socorros, mi casa de Fomento N° 8 (hoy Raúl Torres), el Cine Muñiz, la loma del tanque del acueducto que tantas veces bajé en bicicleta, las casas de mis tías Luga y Biba, las de mis queridas vecinas Digna  González y Elena Linares. También fui a ver el Plantel de la Ceiba y aquel patio donde fui golpeado y humillado con sólo 9 años de edad.

1980

El segundo año terrible de mi vida fue el 1980. Mi suegro nos fue a buscar por el Puerto de Mariel y no nos dejaron partir.  Mi familia cayó en desgracia ante la intransigencia revolucionaria que consistió en la expulsión de los trabajos de mi esposa del Ten Cent de Galiano (desde el que tuvo que correr por toda la calle San Rafael hasta casa en la calle Soledad, para evitar que las “compañeritas” la lincharan) y  a mí de la Escuela Secundaria Básica Humboldt 7, en la que ejercía como profesor de Geografía, en donde las “compañeras” Orquidea Campos, Mildret Miró y Berta Espinoza me querían organizar un mitin de repudio, pero logré escapar a tiempo.

 La expulsión de nuestro hijo de 4 años del Círculo Infantil fue bochornosa. Recuerdo las palabras de la directora: “aquí no queremos escorias”.

El mitin de repudio frente a casa en Soledad N° 507 entre Zanja y San José, fue organizado, así como tantas humillaciones por parte de los “heroicos” dirigentes del “glorioso” Comité de la Revolución Leopoldito Martínez: la familia Arranz, Fina y Miguel Ángel Down y Ramón Vázquez. Sobrevivimos bajo la protección de mis padres, pues incluso hasta miembros de nuestra familia por parte de madre, no osaban venir a casa pues estábamos “apestados”. Todo duró hasta que pudimos partir hacia Francia el 21 de mayo de 1981.

2020

Y ahora, después de 40 años de Libertad y prosperidad en la Dulce Francia, Tierra de Libertad, Igualdad y Fraternidad, en la cual hemos llegado hasta donde nunca hubiéramos podido imaginar. Nuestro hijo es catedrático al igual que su esposa, nos dieron dos nietos bellos, inteligentes y bien educados (recuerden que soy el abuelo, ¡Ja,ja,ja!). Hemos recorrido 79 países, vivimos en la ciudad más bella y culta del Mundo, donde llevamos una intensa vida social, de enriquecimiento cultural y estamos rodeados de belleza.

El 6 de enero fui operado de la cadera derecha, todo salió bien y en un mes ya caminaba perfectamente bien. El 21 de febrero vinieron a casa mi hijo con su pequeña familia y coincidió con el inicio del confinamiento, por lo cual pasamos una semana sin salir de casa jugando: dominó, parchís, damas chinas, lotería, bingo, palitos chinos, Monopolio y leyendo.

Desde entonces y hasta hoy no podemos salir a la calle sin la mascarilla puesta y con un formulario  que se imprime por la Internet y hay que rellenarlo a cada vez que uno sale de casa para los casos autorizados: ir al médico, farmacia, a comprar alimentos, llevar o traer a los niños de la escuela, ir al trabajo o salir una hora al día a caminar pero no más lejos de un kilómetro de casa.

También se debe escribir: nombre, apellido, fecha de nacimiento, dirección, N° del carnet de identidad, fecha y hora de salida de casa y firmarla. Si uno sale sin ese documento, la policía te puede poner una multa de 135 euros.

Como hace 5 años me jubilé (fui profesor universitario y de Institutos) y mi esposa desde hace dos años (trabajó en la cadena de hoteles Hilton y posteriormente en la de lujo Dorchester), tenemos todo el tiempo disponible para disfrutar de París y lo mucho que ofrece.

Desde febrero no tenemos vida social, no podemos invitar ningún amigo a cenar en casa ni tampoco ir a casa de amigos. Salvo las farmacias y  lugares que venden alimentos, todo lo demás está cerrado: restaurantes, cafeterías, bares, discotecas, cabarets, museos, salas de exposiciones, todo el comercio, parques de diversiones, circos, estadios, gimnasios y un largo etc. Desde febrero sólo vemos a nuestros nietos por la Internet.

Para colmo, como nuestro inmueble está en restauración, estaba cubierto por andamios, por tal motivo no podíamos salir al balcón y por las ventanas veíamos tubos como si estuviésemos en una cárcel. Por suerte después de varios meses autorizaron a terminar los trabajos y ahora podemos sentarnos en el balcón a leer y admirar el bello parque que tenemos enfrente.

Algo surrealista es que ya han decorado todo París para Navidad. Creo que sólo New York y Londres decoran al mismo nivel de belleza que La Ciudad Luz. Incluso hemos visto por la televisión que los grandes almacenes de lujo lucen sus mejores galas: Galeries Lafayette, Au Printemps, Au Bon Marché, etc. , pero está cerrados al público.

 Toda la avenida donde vivimos está engalanada, pero como a las 9 p.m. comienza el Toque de Queda, no podemos salir a pasear por ella.

Mañana Monsieur Macron, Presidente de la República, hablará por la televisión desde el Palacio Presidencial a las 8 p.m., como cada 15 días para informar sobre las medidas que se seguirán tomando para paliar esta horrible

 pandemia de Covid-19 que nos está afectando al igual que al Mundo entero.

Hasta hoy se han infectado con el coronavirus en Francia 2 183, 660 personas, han fallecido 50, 5897, están hospitalizadas 29, 310 y en grave estado 4,018.

Es increíble cómo algunas personalidades políticas internacionales ignorantes y/o irresponsables, han propagado la desinformación de que las mascarillas no eran necesarias para evitar el Covid-19. Una amiga médico me dijo que si los que se niegan a ponerse la mascarilla vieran un video de lo que ocurre en los servicios de reanimación de enfermos a causa del coronavirus, seguramente cambiarían de opinión.

En enero yo había preparado nuestras vacaciones de verano, pero como podrás imaginar, todo se vino abajo. Del 17 al 28 de julio íbamos a hacer un crucero por el Mediterráneo en el Costa Victoria: Tolosa, Tarragona, Ibiza, Palma de Mallorca, Ajaccio, Olbia, Nápoles, Portoferraio y Savona.

En agosto íbamos a pasar una semana en la playa de Calpe (donde vive mi querida prima Clarita), cerca de Alicante, otra en la isla italiana de Ischia (donde vive mi hermano Juan Alberto con su familia) en el Golfo de Nápoles y otra en el chalet de nuestro hijo en las montañas.

En septiembre un segundo crucero de 15 días en el Costa Fortuna, nos hubiera llevado  alrededor de la Islas Británicas desde Ámsterdam a: Belfast, Greenock, Oban, Invergordon, Edimburgo, Dublín, Liverpool, Harwic y Londres.

La Compañía Costa nos ofreció cruceros similares para el 2021 por el mismo precio y con mejores cabinas y otras ventajas. Mientras que las compañías de aviación nos devolvieron el importe pagado por los billetes.

No tengo esperanzas de que podamos volver a vivir lo que yo llamo La Bella Época (1981-2019), hasta que nos podamos vacunar. Ojalá sea lo más pronto posible y con seguridad.

Por el momento, pasaré con mi esposa solos en casa, La Navidad y La Noche Vieja. No podremos ir ni a La Misa del Gallo, pues las iglesias aceptan sólo 30 personas en su interior.

¡Ah! París será siempre París, incluso bajo la pandemia de Covid-19. ¿No lo creen? Pues miren este vídeo de una corista que podría ser del «Moulin Rouge», «Le Lido» o «Le Paradis Latin», por sólo poner tres ejemplos. Ella se viste como para bailar en el espectáculo, sale a pasear en bicicleta por Motmarte y regresa a su inmueble antes de que comience el Toque de Queda, se asoma a su ventana y… https://www.youtube.com/watch?v=7a0AuaNPDzA

Te deseo de todo corazón una Navidad y un Feliz 2021, con salud, amor, paz y Libertad.

Que Dios permita que desaparezca la pesadilla de la pandemia en todo el Mundo.

Félix José Hernández.

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