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Panfletos franquistas y antifranquistas

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Circulan por ahí, en plan panfletos baratos entre franquistas y antifranquistas, supuestos hechos y supuestas atribuciones a regímenes o personas. Y ni unos ni otros tienen razón. Vayamos por algunos tópicos:

-La Seguridad Social: No la inventó ni Franco ni la II República, sino Antonio Maura, (para las víctimas de la ESO, Maura era anterior a la república y al franquismo…) líder del partido conservador y familiar de uno de los más ilustres republicanos, hoy silenciado por la desmemoria histérica postmarxista. Fue él quien quiso poner en marcha un proyecto de seguridad social. En la II República, hubo mucho blablabla pero no se hizo efectiva sino hasta los tiempos de Girón, ministro de Franco. 

-El voto femenino: Acaso el pensador que con más ardor lo defendió fue el tradicionalista Vázquez de Mella, el mismo gran diseñador de la geopolítica en sus «Dogmas Nacionales», defendiendo la confederación con Portugal e Hispanoamérica. Asimismo, el primer ensayo práctico se hizo en la dictadura del general Primo de Rivera (el padre del fundador de la Falange, otra vez para las víctimas de la ESO, quien gobernó España desde 1923 a 1930). En la II República, buena parte de la izquierda no lo defendió, incluyendo a destacadas líderes comunistas, quienes decían, con un pseudopaternalismo zafio, que las mujeres votarían lo que les dijera el marido o el cura. Sin embargo, el bloque de derechas, salvo muy contadas excepciones, lo defendió; así como algunos adscritos al liberalismo progresista. Con esto del liberalismo progresista, ya muy minoritario en la II República, valga destacar que Melquíades Álvarez acabaría siendo asesinado por el Frente Popular, como años antes, la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, obra y gracia de la krausista Institución Libre de Enseñanza, fue destruida por la intentona golpista del PSOE y del PCE en 1934.

-Los pantanos: En verdad, una política hidrológica razonable se dio en la II República y fue Largo Caballero (el autodenominado Lenin español) el que mostró mucho interés en la construcción de pantanos, lo cual se venía haciendo más o menos efectivo. Hubo un parón en la postguerra y luego Franco retomaría esta política. 

-La reforma agraria: No la inventó la II República, régimen que cuando quiso hacer algo en este tema, metió la pata hasta el corvejón, provocando desórdenes que bien inspirarían al dramaturgo Pedro Muñoz-Seca, abuelo del periodista Alfonso Ussía y asesinado en Paracuellos del Jarama siendo director de seguridad Santiago Carrillo. El gran precursor de una gran y generalizada reforma agraria fue José Calvo Sotelo, ministro de hacienda del general Primo de Rivera conocido por la oligarquía de la época como «el ministro bolchevique». Quiso hacer un censo de fincas, expropiando aquellas que no se presentasen, y quiso que de una buena vez los que más tenían tributaran acorde a sus propiedades. Ese fue uno de los motivos de la caída de una dictadura o dictablanda en la que el mentado Largo Caballero fue consejero de la presidencia. De esta experiencia, Calvo Sotelo dejaría dicho: «Muchas veces he pensado que la raíz real del problema de España no es política, sino económica, y que la receta de nuestros males, por ser de índole económica, se ahogará en germen ante el quietismo obstinado de gran parte de las clases conservadoras. La incomprensión egoísta de multitud de ciudadanos pudientes, aferrados a nociones quiritarias cual si viviésemos muchas centurias atrás, puede depararnos días desastrosos, porque las aguas represadas se sueltan en torbellino cuando rompen la esclusa.». Años después, el «ministro bolchevique» sería asesinado por pistoleros socialistas. 

Así las cosas, podríamos quedarnos escribiendo hasta el mes que viene, ¿pero para qué? A ver si nos enteramos de que la Historia no es la oferta más conveniente del supermercado ideológico de turno, que es muy poliédrica, con muchos grises y pocos blancos o negros. Por eso siempre suele haber, cuanto menos, dos historias, la del que manda y el resto, que siempre es más rica, compleja y contundente.


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