Otro vendrá que bueno te hará

Parecía que el futuro le pertenecía al comunismo… hasta que llegó Reagan

 
James Carter critica la política exterior de Obama. Miren eso. Nada menos que Carter, el presidente americano que metió la cabeza en el tibor ante el avance soviético al compás de la Doctrina Brezhnev. Durante su Administración de solo cuatro años, los bolos campearon por su irrespeto en todas partes. Invadieron Afganistán, aumentaron de manera exponencial su influencia en África, Centroamérica ardía por los cuatro costados y el mundo andaba al revés. De milagro los rusos no reconquistaron Alaska.
Former US president and 2002 Nobel peace prize laureate, Jimmy Carter during a joint press conference with Colombian President Juan Manuel Santos ,(Photo credit should read GUILLERMO LEGARIA/AFP/Getty Images)
Parecía que el futuro le pertenecía al comunismo corriente y maloliente y que la URSS emergía como la superpotencia de punta indiscutible. Eso, hasta que llegó Reagan y dio un buen puñetazo en la mesa. Ese cowboy a quien tanto odia la izquierda liberticida, porque le destripó su utopía sangrienta, echó un carajo que retumbó en Teherán y estremeció los muros del Kremlin. Al diablo la política de contención y la detente. Y Carter, al inodoro de la historia.
Pero hete aquí que ahora el inefable Jimmy resurge de sus cenizas y se nos pone estupendo. Nada menos que él, el punching bag de los rusos, de los ayatolás y de los Castro, se atreve a afear la política exterior del actual presidente. ¿Será por aquel viejo dicho de que otro vendrá que bueno te hará? En fin, que ese es el gran consuelo de un expresidente que fue tan pusilánime y timorato como lo es el actual comandante en jefe. Vean lo que dice sobre Obama, hablando como el perfecto estadista que nunca fue:

“En la escena mundial, creo que los logros de Obama han sido mínimos… En la escena mundial, para ser objetivos, no puedo pensar en muchas naciones del mundo con las cuales tengamos mejores relaciones que cuando asumió la Presidencia… Yo diría que la influencia y prestigio y el respeto de los Estados Unidos en el mundo es probablemente menor de lo que fue hace seis o siete años».

Pues sí señor. Eso afirmó un Carter rencoroso, que se pasa la vida lamentándose de que Obama no lo consulte en materia de política exterior, del modo en que Kennedy y Clinton consultaban discretamente a Nixon en momentos de tensión internacional. Pero no hay que apresurarse en matar al mensajero. La verdad es la verdad, ya la diga Agamenón o la diga su porquero. Carter ha dicho algo que es cierto: hace siete años Estados Unidos era más respetado en el mundo que hoy en día. Con lo cual, indirectamente, está poniendo en valor la política exterior de George W. Bush. ¿Quién se lo iba a imaginar?

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