¿Orgullo?

Cuando nació y se desarrolló el marxismo, vendió la idea, hasta principios del siglo XX, de que la homosexualidad era un «vicio burgués» e incluso «fascista» (véase Gorki). Del Círculo de Bloomsbury (Virginia Woolf, por ejemplo) a Oscar Wilde, se rechazaba a aquellos «arquetipos decadentistas», e incluso Engels los llamaba directamente «pederastas». Sin embargo, ya el propio Engles aplicaba sus teorías clasistas/deterministas contra la familia. El caso es que como es «burgués» o «fascista» lo que no es más que el capricho marxista de turno decide, años después, ha cambiado tanto el paradigma que es justo lo contrario: Los que antes encarcelaban y torturaban homosexuales (de la URSS a Castrolandia; y no digamos la China maoísta), ahora obligan a gastar dinero público en propaganda, macrofiestas llenas de sobredosis, comas etílicos, peleas, robos y etc. llenas de banderas multicolores que, para más inri, en modo alguno representan a todos los homosexuales (y es que siempre hubo homosexuales anticomunistas o a los que nunca hubo que dirigir ideológicamente en todo caso); y llenos de contradicciones, pues lo mismo dicen que nace o que no se nace, o que es una opción o que es un gusto… O lo que venga bien según la moda del momento, siguen y siguen imponiendo sus coñazos a golpe de medios de comunicación y amenazas de toda clase.

Y hablando de clase, comoquiera que la lucha de clases ha fracasado absolutamente, se aplica esta estafa intelectual a la guerra de sexos, guerra de padres contra hijos, guerra de familias, y lo que haga falta para mantener esa «dialéctica de motor histórico» y todo eso.
Otrosí, cuando esto deje de convenirles como «agitprop», pasarán a otra cosa e intentarán borrarlo de la «memoria histórica» al más orwelliano estilo. Como hasta hace tres días eran maurófobos y luego se hicieron promusulmanes como si nada.
El marxismo, «credo religioso» según el filósofo José Ortega y Gasset, se estira como un chicle, como una «religión paralela», y como ideología totalitaria que es, cree tener remedio absoluto y respuestas para todo. La verdad es que es mucho más débil de lo que parece, y al final, acaba víctima de sus propias contradicciones, pues para el marxismo, la verdad y la mentira no existen sino como armas revolucionarias, válganos Lenin. El problema es que siempre arrastra a más de medio mundo. Y otros vendrán a poner orden…
-Antonio Moreno Ruiz
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