No existe una derecha en el exilio

Por: Armando de Armas
Como los cubanos tienen la fea costumbre de lo fácil, de fusilar, copiar y no citar, a cada rato tengo que recordar que dediqué años a pensar e investigar para arribar a la conclusión acerca de que no hubo una derecha cubana, al menos desde la revolución del 33 para acá y que, como un desove de esa sociedad, no hubo y no hay tampoco una derecha en el exilio o la oposición anticastrista. Acá les dejo un fragmento de mi libro Mitos del antiexilio, publicado originalmente en 2007, donde hablo de esa falta fatal de una derecha cubana. Así que ya saben dónde encontrar la tesis original al respecto.
«Paradójicamente no existe una derecha en el exilio; al menos no lo que pudiéramos llamar un pensamiento de derecha representativo de la masa desterrada. Hay sí expresiones, procedimientos o actitudes de derecha, o que la izquierda procura enmarcar dentro de la derecha en su afán descalificador del anticastrismo. Lo primero que sorprendería al observador no avisado que llegase a Miami es que la mayoría de las organizaciones y personalidades del anticastrismo más militante han sido, o se han definido como revolucionarias. Muchos han llegado al punto de disputar el revolucionarismo a Castro; ¡son ellos y no Castro los auténticos revolucionarios! De ahí que, por ejemplo, dos de las organizaciones más duras del exilio en el enfrentamiento armado al régimen de La Habana se nombrasen orgullosamente Movimiento de Recuperación Revolucionaria y Rescate Revolucionario, de Manuel Artime y Antonio (Tony) Varona, respectivamente. De ahí la tesis de la revolución traicionada que sostienen figuras tan respetables como el Comandante Huber Matos.
Es por ello que la lectura desprejuiciada del programa de gobierno que aplicaría en Cuba libre una organización como Alfa 66, catalogada como de extrema derecha, llevaría a ubicarla más bien en el terreno ideológico de una socialdemocracia bastante radical. En el caso de Alfa 66, y de cualquier otra organización que proclame la lucha violenta y no sea comunista o afín al comunismo, ocurre que la izquierda confunde convenientemente método de lucha con ideología; si son violentos y no son marxistas, ¡faltaría más!, son de extrema derecha; cuando la verdad es que esa nebulosa zona del laboreo político que conforma la izquierda sería la única en la historia que ha desarrollado una metodología científica de la violencia para la toma y mantenimiento del poder; sostenida además sobre una filosofía que se proclama inapelable en la explicación, manual de por medio, de cada uno de los fenómenos de la compleja y resbaladiza realidad. Me refiero a la lucha de clases y el Marxismo-Leninismo, respectivamente.
No por gusto fue el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) uno de los más importantes y populares de la segunda mitad de vida republicana en la isla. No por gusto, además, las lides electorales en la más grande de las Antillas, al menos después de la Revolución del 33, se librarían siempre entre la izquierda y la izquierda; aunque quizá, y esto es lo peor, sin conciencia cabal entre los partidos y coaliciones de por dónde iban los tiros ideológicos; y llegados a los tiros ideológicos quizá sea adecuado aventurar la hipótesis acerca de que, probablemente, entre los factores que llevarían a la pérdida de la República democrática y a la instauración del comunismo se encontraría la ausencia de un pensamiento de derecha en la isla; al punto de que para encontrar algo parecido en la historia de esa isla haya que remontarse a la primera mitad del XIX; con prohombres de la estirpe de José Antonio Saco y Francisco de Arango y Parreño (¡la mente más brillante de Cuba al decir del historiador Manuel Moreno Fraginals!), nucleados en torno a instituciones y publicaciones como la Sociedad Económica de Amigos del País y el Papel Periódico de La Habana».

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