Viste de blanco, pero no se expresa generalmente en Anáhuac, y lo hace en un latín rancio ininteligible, que en su día impresionó hasta reyes y jefes de naciones cuando dijeron y creyeron, o hicieron creer de grado o por la fuerza, que el don de las lenguas se las proporcionaba, sin diccionario alguno, un espíritu que bajaba de los cielos y se posaba sobre ellos, empezando por el papa de Roma.
Me gusta más, prefiero que Nicaragua etimológicamente derive su nombre del agua inmensa, hermosa, dulce, de uno de los lagos más grandes y más hermosos, el Cocibolca o Lago Nicaragua, de toda la América: la América Tostada y la otra del norte, la América que podrida, permanece aplaudida y bendecida en la cesta.
Existiendo el hombre blanco que va vestido de blanco, junto al que lleva ufano la cesta y le encanta el olor a podrido de la manzana, la perdición de un país empieza cuando es rico en recursos; es decir que la mayor desgracia que puede tener un país es tener recursos de aquellos que les encanta apoderarse de ellos el hombre blanco vestido de blanco y el de la cesta de la manzana; caso de Nicaragua, lugar donde los Nicoas se asentaron junto a las aguas que son en extremo dulces y abundantes en una tierra privilegiada.
En la crónica, en la historia, se suelen quedar con preferencia a realidades como puños, las gilipolladas que le interesa resaltar a los editores de los citados tratados de historia. Y así se ha vulgarizado que el pionero canal interoceánico a todos los proyectos o ideas, el canal que uniera los dos grandes oceanos Atlántico y Pacifico, en el primer lugar geográfico que se pensó, por ser el más efectivo, barato y que menos altera el medio ambiente, fue en Nicaragua, aprovechando el rio San Juan que nace en el citado enorme lago Nicaragua para ir a desembocar aguas del citada lago al Atlántico hacia el oriente, y que por el cardinal del poniente, por poco el precioso lago de agua dulce, con profundidades que pueden llegar a casi los treinta metros, donde viven y nadan a placer los agresivos y únicos tiburones de agua dulce, los Toro, rompe el Istmo de Rivas y por el río San Juan del Sur, le entrega aguas suyas al oceano Pacífico. En una unión de mares oceanos sin intervención alguna de los hombres actualmente.
Y la gilipollería que ha quedado en la crónica, es que un presidente de los EE.UU, de esos que los conocerán ellos, los Usa debido a su exquisita cultura universal, como en Nicaragua hay muchos volcanes como en todo el cinturón volcánico del Istmo: de la Cintura resultante que une las dos Américas, la de la cesta podrida, y la que vive de rodillas porque para eso está allí vestido de blanco el hombre blanco ayudando a su docilidad, se prefirió utilizar el manual del perfecto agitador neocapitalista o neoliberal cristiano, y con él en las manos los EE.UU. joder a Francia, joder a Colombia creando el estado de Panamá, apartar a todo quisque, y terminar ya sin que nadie le pusiera “palos en las ruedas” la ingente obra del Canal que está en Panamá, pero no de Panamá.
La Hong Kong Nicaragua Canal Development, una empresa constructora china, en un país (mal gobernado, como siempre, por la izquierda casi atea) una empresa que no le reza a dios con la mano en el corazón, y no usa los paraísos fiscales Usa-Vaticano para guardar sus beneficios, pretendía ¡nada más ni nada menos! construir un segundo y más barato y más fácil de cruzar canal interoceánico en territorio, todo él, propiedad en usufructo que le dejaron todos los nativos indianos desde Alaska hasta el Cabo de Hornos a los EE.UU, y, encima para generar riqueza en un país revolucionario como lo es Nicaragua.
No es que han sobrado “palos para las ruedas” para evitar y para la obra del nuevo canal interoceánico por Nicaragua, sino que todos los estamentos a uno, obedientes, prensa, y todo el largo etcétera que les encanta la manzana y la cesta podrida, no han dudado de detener algo que en nada perjudicaba a la humanidad, al contrario.
Pero como tiene que haber de todo, según se dice, lo que más abunda son los hijoseputa en este perro mundo.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.
N I C A R A G U A
Yanqui:
La muerte y tú,
la que alardeas,
la que te llevas
a Nicaragua,
tiene tu olor,
duerme en tu cama,
y no habrá un juez,
ni habrá una sala,
ni un ave fénix
que de una brasa
resurja luego
y extienda un ala,
un ala blanca,
cuando te quemes,
cuando te abrases
con la soberbia
que abrigo tiene,
que abrigo das,
que justifique
tu mala casa.
Y la injusticia,
la sin sustancia
de un poderío
que cada noche
le da a la muerte,
le da su cama.
Desde este frío
bajado al alma,
le mando un verso,
un verso mío,
a Nicaragua,
con una bala,
que va sin plomo,
y en mi garganta
se vuelve copla,
copla de rabia,
por no ayudarla,
por intentar rematar
la gente hispana,
en un mañana
que no de sangre,
ni de ese tiempo,
el que se asoma
y vi en la cara
de un chiquillo,
por diez andaba,
con un fusil
por Nicaragua.
Aquel quien quiera
que al mundo rige,
que al mundo manda,
si me devuelve
los años mozos,
fusil y alma
los pongo yo,
en la guerrilla,
por Nicaragua
me encontraría,
sin que me tiemblen
las viejas manos,
por Nicaragua.