«Funambulismo procesal», «ejercicio esquizofrénico», «sinsentido procesal», «grotesco fraude», «torticera»… Los abogados de la cadena hotelera Meliá no han escatimado en adjetivos para describir lo que opinan de la demanda que ha interpuesto la familia de origen cubano Sánchez Hill en la que reclama una indemnización por la explotación de dos hoteles.
El pleito pone sobre la mesa una indemnización de al menos 10 millones de euros por la explotación de dos hoteles en unos terrenos que les fueron confiscados -no expropiados, pues no hubo compensación económica- a los antepasados de los Sánchez Hill.